viernes, 4 de febrero de 2022

MOONFALL

Roland Emmerich
es un director con amplia experiencia en esto de los apocalipsis, ya que en su filmografía tiene varios títulos con los cuales ha intentado arrasar nuestro planeta de todas las formas que ha podido, bien sean invasiones alienígenas (Independence Day y su secuela), profecias mayas (2012) o el cambio climático a lo bruto (El día de mañana) Teniendo en cuenta sus antecedentes como director, con algunos títulos más o menos aceptables pero sin ninguna cinta meritoria (asunto aparte es que tenga unas cuantas más o menos exitosas), estamos ante un realizador del que lo mejor es no esperar mucho de ninguna obra suya... y si a partir de ahi como mínimo te entretiene, pues eso que sales ganando.

Resulta curioso que pese a su citada experiencia a la hora de intentar acabar con el mundo, su nueva película (esta Moonfall) haya coincido con el reciente estreno del film No mires arriba en Netflix, teniendo ambas el nexo común de algo que se puede estrellar contra la Tierra y arrasarla (en la dirigida por Adam McKay un meteorito, en esta de Emmerich la Luna) Eso me llevó a recordar cuando en ocasiones han coincidido en las carteleras dos películas de temáticas muy similares, como pasó por ejemplo en 1998 con Deep Impact y Armageddon, films resueltos de maneras diferentes por parte de sus responsables (Mimi Leder y Michael Bay respectivamente) pero también en ambos casos curiosamente sobre meteoritos que podían arrasar la Tierra, lo que ponía en jaque a la humanidad.

Mientras que en No mires arriba se decantan por una sátira bastante meritoria en pretensiones, aunque no tan acertada en resultados, esta Moonfall opta por el esquema básico de los films catastrofistas, en la que resulta bastante evidente (y previsible) que el final será más o menos positivo, que veremos destrucciones apocalípticas muy brutas e impactantes, y que los personajes serán bastante básicos (donde lo mismo te encuentras al héroe en inicio incomprendido que al friki que se usa como "alivio cómico" y recurso final esperpéntico, o a ese personaje secundario trazado para que no caiga del todo bien pero que llevará a cabo cierto gesto de heroismo que motivará el respeto de los supervivientes) Es cierto que en ambas se coincide en que las altas esferas esconden en inicio lo que va a pasar, pero mientras que en la película de Netflix es un elemento primordial para dejar constancia de la manipulación política hacia la sociedad, en este caso es un elemento secundario que sirve tan solo para justificar la única escena que tiene el actor Donald Sutherland en esta cinta.

En cuanto a la premisa de la que parte, mientras que en No mires arriba se opta por el hipotético (pero no por ello menos descartable) meteorito que choque contra nuestro planeta como ocurrió (y motivó) la extinción de los dinosaurios; en Moonfall el problema lo daría la Luna al salirse de su órbita, lo que llevaría a una situación más o menos similar, pero en este caso totalmente disparatada (que ya en su último tercio directamente se desmadra) Y con eso me vengo a referir a que ante la total ausencia de coherencia científica, se opte por la justificación alienígena, siendo el enemigo a batir algo así como la versión ultimate de Galactus (los lectores de los comics Marvel sabrán a lo que me refiero) y el sorprendente campo de batalla un giro argumental que lleva a que nuestro satélite sea algo que parece inspirado en cierto emblemático elemento visto en varias entregas de la saga Star Wars
 
Por ello EN CONCLUSIÓN esta Moonfall es la típica tonteria que uno podría esperar de este director, que se deja ver con las expectativas bajo mínimos, pero que no deja de ser el enésimo "más de lo mismo" en esto de arrasar nuestro planeta. Recurriendo a un guión con agujeros abismales (donde la lógica brilla por su ausencia y los deus ex-machina abundan a destajo) resulta curioso que no se enfoque más hacia la comedia satírica (podía haber seguido la estela de la mencionada No mires arriba) e intente plantearse desde un punto de vista más o menos serio (algo totalmente absurdo) Reconozco que a mi me pilló de buen talante y me hizo pasar un rato algo ameno (por todo lo apocalíptico) e hilarante (por el batiburrillo de inconsistencias que conforman su estrambótica historia)... salvado en parte por el carisma de Patrick Wilson. De todas maneras ni él ni Halle Berry tampoco es que hagan absolutamente nada digno de mención... y son los más conocidos de un reparto donde el resto sería igual de intrascendente y olvidable.
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