40 años nada más y nada menos. Cuatro décadas han pasado desde que George Lucas sorprendiera al mundo con lo que, en realidad, era poco más que un refrito de cánones y clichés de decenas de películas y cuentos anteriores. Aquella idea prestada y actualizada convirtió al director en multimillonario –sobre todo gracias a su acertada estrategia de mercadotecnia basada en productos relacionados con el film– e hizo su saga galáctica aparentemente imperecedera, pues desde entonces ha generado pingües beneficios en la forma de libros, cómics, videojuegos, juguetes y, por supuesto, secuelas, precuelas y spin-offs (un total de siete películas más hasta ahora, y otras cuatro anunciadas). Los personajes, motivos, naves y música de Star Wars forman ya parte de la cultura universal y constituyen prácticamente un culto que, en ocasiones, hay que admitir que raya la exageración.
No fue en 1977, pero sí dos años más tarde (lo que tenía vivir en un pueblo con cines reestreno), cuando La guerra de las galaxias llegó a mi vida para quedarse para siempre, aunque quizá fue El retorno del jedi el que consolidó mi pasión por la franquicia por pillarme en una edad más adulta en la que pude disfrutarla más. Desde entonces no me he perdido ninguna película y puedo decir que, en mayor o menor medida, las he disfrutado todas. El único reproche que tengo que hacerle a su creador son todas esas versiones posteriores de la trilogía clásica con escenas y efectos añadidos, ardid comercial y desvergonzado que no persiguió ningún propósito artístico y sí pecuniario.
Precisamente esta semana se hacían públicas nuevas imágenes de la próxima entrega de Star Wars, Los últimos jedi, una sesión de fotos con la habitual Annie Leibovitz, presentando por fin a los nuevos personajes interpretados por Laura Dern y Benicio del Toro. Esperemos que Rian Johnson –un director de filmografía más que interesante hasta ahora– y Kathleen Kennedy no insistan en presentarnos una trilogía-remake de los primeros episodios, como hacen temer algunas imágenes del primer tráiler del Episodio VIII y el visionado de El despertar de la fuerza.