Ya os tengo dicho alguna vez lo mucho que me pirran las ficciones relacionadas con los saltos a distintas épocas y/o dimensiones. Supongo que probablemente tenga algo que ver con lo que me seduce la idea de -con un simple chasquido de dedos- poder dejar atrás los problemas cotidianos, plantándote en un lugar (o tiempo) en el que automáticamente te vuelves inalcanzable para los mismos... ¡no me diréis que no molaría, eh?!.
Pues sí, amigos. Hoy quiero hablaros de otra de estas series maravillosas: Quantum Leap (llamada en España A través del tiempo, y El salto cuántico en Hispanoamérica).
Constó de 96 episodios repartidos a lo largo de cinco temporadas emitidas por la NBC entre 1989 y 1993.
Su argumento nos muestra como investigando la teoría de que viajar en el tiempo es posible, el doctor Sam Beckett (Scott Bakula), un científico convencido de tal posibilidad, un día desaparece tras introducirse en un acelerador de partículas cuántico. Cuando vuelve a aparecer, lo hace en el pasado, pero al mirarse en el espejo no reconoce su rostro y se ve aquejado de una extraña forma de amnesia. A partir de entonces no tiene más remedio que vivir una serie de vidas que no son la suya, saltando de una existencia a otra (a cada cual más variopinta) e intentando mejorar el futuro desde el pasado, mientras trata de encontrar la forma de volver a casa. Como compañero de aventuras tiene a su amigo, el Almirante Albert Calavicci (Dean Stockwell), que aparece como un holograma proyectado desde el presente y que solo él puede ver y oír.
Cada episodio sigue un esquema fijo: Sam aparece como por azar, impulsado por una fuerza desconocida, intercambiando tiempo y lugar con un huésped, y a partir de ahí tiene que improvisar toda una vida, con la ayuda de Ziggy (la computadora híbrida creada por Sam) a través de Al, que le informa qué se pretende que debe hacer para mejorar los eventos que terminaron mal en el pasado. Cuando la línea temporal ha sido alterada para bien, Sam vuelve a saltar y aparece en el caso del episodio siguiente. Cabe aclarar que mientras Sam va tomando el lugar de otras personas, éstos a la vez están en el tiempo del Dr. Beckett, tomando su lugar, con su aura física, en una habitación del Proyecto Secreto Salto Cuántico, llamada "Sala de Espera". Allí son interrogados por la psicóloga del Proyecto, Gushie (Dennis Wolfberg), alimentando así al computador Ziggy de más información.
Así,la serie recorre diversos géneros, como la ciencia-ficción, el drama, la comedia, el comentario social y la nostalgia, alcanzando con ello un amplio espectro de aficionados.
Al terminar cada episodio, Sam salta de nuevo a otra persona, dando a los espectadores un adelanto de lo que ocurrirá en el siguiente episodio.
Aunque hay que reconocer que -como suele ser habitual en este tipo de producciones- el paso del tiempo no ha tratado del todo bien al apartado de los efectos especiales, y en más de un aspecto no ha envejecido muy bien, debo decir a su favor que en su día ganó muchos e importantes premios (y nominaciones), que a continuación paso a detallaros cronológicamente:
1989: Emmy: Mejor fotografía y peluquería, 1990: Emmy: Mejor fotografía. 6 nominaciones, incluyendo mejor actor (Bakula), 1991: Emmy: Mejor maquillaje y fotografía. 8 nominaciones, incluyendo mejor serie drama y en el mismo año, Globos de oro: Mejor actor (Bakula) y nominada al mejor actor secundario en serie (Stockwell), 1992: Emmy: Mejor montaje. 8 nominaciones, incluyendo mejor actor (Bakula) y en el miso año Globos de oro: Nominada Mejor actor (Bakula) y mejor actor secundario en serie (Stockwell), y 1993: Emmy: Mejor montaje. 8 nominaciones, incluyendo mejor actor (Bakula).
Y ya para finalizar, aquí os dejo la célebre intro en V.O.:
Serie que recuerdo con cariño. Un episodio que me gustó mucho fue en el que, el prota, se intercambia con un chimpancé de un laboratorio de experimentación animal.
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