martes, 24 de octubre de 2023

LOS ASESINOS DE LA LUNA

Hasta ahora el film más extenso que he visto de estreno en una sala de cine ha sido el Hamlet de Kenneth Branagh en la década de los 90, que con sus 242 minutos marcaba una duración que pensaba que sería difícil que algún día superara. Lo nuevo de Martin Scorsese no lo logra, pero admito que marca una destacada posición que costará desbancar, ya que sus 206 minutos de metraje han levantado cierta polémica sobre si no hubiera sido mejor enfocarla como una miniserie televisiva que como una película. Ante eso el director ha defendido dicho metraje, ya que según él hay espectadores que pasan horas y horas frente a una pantalla viendo lo que sea, por lo que el cine bien merece un respeto que no se le da (de hecho el guion original daba para cuatro horas y media)

Basada en el libro Los asesinos de la luna: petroleo, dinero, homicidio y la creación del FBI de David Grann, esta nueva película de Martin Scorsese marca su reunión con viejos conocidos, ya que sería la décima vez que dirige a Robert de Niro (con quien comenzó a principios de la década de los 70) y la sexta que lo hace con Leonardo DiCaprio (que le ha acompañado desde inicios de los 2000), aunque Los asesinos de la luna es la primera vez que coincide con ambos en una misma película. Incluso como curiosidad cabe indicar que de hecho Scorsese, De Niro y DiCaprio ya coincidieron en un corto de 2015 (en el que también estaba Brad Pitt) para promocionar un complejo de casinos en Macao, y los dos actores protagonistas de Los asesinos de la luna ya trabajaron juntos hace 30 años en la película Vida de este chico.

En cuanto al presente film, resulta triste que un maestro de la vieja escuela como es Martin Scorsese no haya conseguido apoyos de ningún estudio para este proyecto (financiado al final por Apple TV) y el previo (El irlandés, ese sufragado por Netflix), como si ya hubiera pasado el tiempo de cineastas de primera fila como él. Aún así hay que indicar que la presente Los asesinos de la luna tiene un presupuesto de 200 millones de dólares, lo que sin duda la convierte en una superproducción, pero no hay problema en ello porque la película lo luce en todo momento, a lo que añadir un ritmo que temía en exceso pausado, pero que resulta acertado en su conjunto, pese a leves altibajos en sus 206 minutos, que se pueden hacer pesados por su duración (me removí algunas veces en mi butaca del cine donde la estaba viendo, ya que me cansa estar sentado tanto rato en un sitio) pero nunca tediosos en su paulatino desarrollo. 
 
Con películas como esta Scorsese demuestra ser un virtuoso del cine al estilo de otro clásico como Clint Eastwood, y en esta ocasión lo hace decantándose por el que para muchos sería el primer western de su extensa filmografía, si bien a tono con la propia edad de su responsable (que supera los 80 años), entraría dentro de los enfocados de forma crepuscular, ya casi cuando el Salvaje Oeste conocido por todos daba sus últimos estertores de vida. En este caso se basa en unos hechos reales que vendrían a resumirse en la mezquina codicia y usura del ser humano, capaz de las peores triquiñuelas con tal de conseguir algo si considera que lo merece más que su legítimo propietario. Por el desmedido colonialismo del que siempre ha hecho gala la humanidad, en la década de los años veinte del pasado siglo la nación Osage (tribu nativa de los Estados Unidos) fue desplazada hasta una zona en el noroeste de Oklahoma sin ningún tipo de valor.
 
Pero lo que en inicio pensaban que sería una tierra infértil y rocosa cambió cuando se descubrió petróleo en ellas, haciendo a sus (ahora) legítimos propietarios la comunidad más rica del país. Eso no se podía tolerar y se perpetró una retorcida conspiración por parte de algunos hombres blancos para quitarle a los Osage la propiedad de esas tierras, infiltrándose en sus núcleos familiares, y perpetrando los asesinatos de los mencionados nativos (algunos encubiertos como suicidios), con la complicidad de unas autoridades que miraban para otro lado, pero siempre procurando que el heredero de los terrenos fuera un hombre blanco. Curiosamente estamos ante un hecho real poco conocido, siendo justo ese uno de los motivos que convencieron a Scorsese para enfrascarse en este proyecto, pese a que los Osage actuales (aún habiendo sido consultados por el director) han mostrado ciertas discrepancias con el resultado final, al estar enfocado más desde el punto de vista del personaje notablemente encarnado por Leonardo DiCaprio, que del de los propios nativos.

El trío protagonista de esta película realiza un trabajo excelente, pero si bien uno ya puede suponer algo así de actores de renombre como Robert de Niro o el citado Leonardo DiCaprio (capaces en ocasiones de lo mejor), es justo destacar también a una Lily Gladstone que tiene aquí su proyecto de mayor envergadura hasta el momento, realizando una labor introspectiva magnífica en un personaje que se debate entre las tradiciones de su cultura, y aquellas propias del nivel social adquirido gracias a su estatus social (no serían los únicos, porque en un reparto notablemente acertado es justo destacar también la labor de Jesse Plemons, Brendan Fraser y John Lithgow) En resumidas cuentas Los asesinos de la luna es una magnífica epopeya histórica narrada con pulso brillante y enérgico por Scorsese, pero también un tipo de cine como se realizaba antaño, pero que ahora vemos con resignación como poco a poco desaparece.

CALIFICACIÓN: Excelente (5/5)

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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 20 de octubre de 2023.
  • Galería de posters por este enlace.

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