En la ahora tan añorada década de los ochenta hay una gran cantidad de títulos que se convirtieron en clásicos para toda una generación que ahora ronda la mediana edad (en mi caso 47 en el momento de escribir esta crítica): yo tengo los mios y cada cual tiene los suyos pero eso no significa que todos ellos calaran por igual a todos los espectadores. Eso es lo que me pasó a mi con Top Gun, subtitulada aqui en España como Ídolos del aire, y que fue uno de los mayores éxitos de 1986 de la mano de un director como Tony Scott (hermano de Ridley Scott, el de Alien y Blade Runner), que empezó a despuntar más allá de la larga sombra de su apellido, y logró sus mayores éxitos comerciales desde finales de los ochenta hasta mediados de los noventa.
Como digo a mi la primera entrega se me hizo una película muy hija de su época, a mayor gloria de su protagonista principal, un Tom Cruise que por entonces aún vendía su imagen de "chico guapo", antes de sus posteriores incursiones en otro tipo de géneros para que también lo valoraran como actor. Con eso no quiero discriminarla, ya que es una película entretenida, pero en su momento la ví más como una especie de panfleto para que las juventudes de aquel entonces se metieran en las fuerzas militares porque allí (según la película), eso MOLABA a tenor del tono videoclipero que le dió el antes citado Tony Scott. Era un previsible éxito tan preconcebido como tal que incluso hizo muy popular su canción Take my breathe away, siendo otra balada emblemática de la mencionada y añorada década.
Más de treinta años después de aquel popular film se estrena su tardía secuela, que en origen tendría que haberse visto en el verano del 2020, pero que la pandemia del Coronavirus ha retrasado dos años. De nuevo estamos ante una producción levantada por y para su protagonista, un Tom Cruise que ya no es el jovencito que era entonces sino un actor que este 2022 cumplirá 60 años, uniéndose a la larga lista de intérpretes que conocieron la fama por aquel entonces, pero que saben que el tiempo pasa para todos. Se podría hacer un paralelismo entre el actor y su personaje, ya que en ambos casos saben que su tiempo de mayor esplendor ya pasó, pero aún así son defensores de lo clásico y lucharán con uñas y dientes por ello, en unos tiempos en los que las plataformas de streaming han hecho temblar a la exhibición cinematográfica, al menos como se conocía hasta ahora. Con eso me vengo a referir a la encarnizada lucha de Cruise porque tanto esta secuela como las que tiene en marcha de la saga Misión Imposible se vieran en la gran pantalla con los protocolos de exhibición clásicos, sabiendo que es el sitio donde se puede disfrutar más de una experiencia como esta.
Y es que, seamos claros, Top Gun Maverick es una película espectacular en lo visual, que a los fans de la anterior entrega les convencerá en cuanto a que sigue siendo un film con el que te dan ganas de subirte a un avión y hacer las virguerias que se ven en pantalla. Uno de sus guiños más acertados sería la propia imagen del protagonista, al que representan como anclado en un pasado que tiende a desaparecer y quedarse obsoleto (como también la M de Judi Dench le achacaba al James Bond de Pierce Brosnan en Goldeneye), pero al que él se agarra para continuar haciendo lo que le gusta y con la leyenda viva en activo que representa por sus logros y hazañas. En cuanto a su historia, en este caso todo gira sobre el retorno a Top Gun (la escuela donde se entrena a los mejores de los mejores del ejército norteamericano) del entonces alumno y ahora maestro (a la fuerza), que tiene que entrenar a unos jóvenes pilotos de cara a emprender una misión que a priori parece tan imposible como las de la otra franquicia que tiene en curso Cruise.
Eso le llevará a tener dudas morales ya que uno de esos aspirantes es el hijo de Goose, un compañero suyo que falleció en la anterior entrega; combinándose ese hilo argumental con el de la predecible relación sentimental entre el protagonista y el personaje encarnado por Jennifer Connelly (una exnovia del pasado, que sustituye a la actriz Kelly McGillis, partenaire de Cruise en 1986 pero descartada ahora por no lucir como entonces) Al mando de esta secuela está como director un Joseph Kosinski, el cual ya se hizo cargo de otra tardía secuela (Tron Legacy) y con el que Cruise ya trabajó en Oblivión, siendo un cameo de un enfermo Val Kilmer (con cáncer de garganta, tanto el mencionado actor como aqui su personaje) la única concesión actoral que hay al film previo, aparte de una dedicatoria final al difunto Tony Scott, director de la primera entrega, que levantó una ola de aplausos cuando se vió en pantalla al pase al que acudí. En resumidas cuentas Top Gun Maverick es una entretenida secuela que creo que dejará satisfechos a todos aquellos a los que la cinta original les marcó una época de sus vidas, hace ya casi cuatro décadas.
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 27 de mayo de 2022.
- Galería de posters por este enlace.
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