domingo, 7 de noviembre de 2021

WAY DOWN

Salvo contadas excepciones, toda la experiencia hasta el momento de Jaume Balagueró como director estaría centrada en el género del terror, destacando de forma especial su exitosa franquicia de Rec, que alcanzó las cuatro entregas e incluso dió para que el film original tuviera un remake americano y hasta una secuela del mismo. Es por eso que la primera impresión ante su labor en esta Way Down sea de incredulidad, máxime con una premisa argumental que a muchos les ha recordado la de la serie española La casa de papel. Más allá de posibles semejanzas en las que no entraré (ya que en mi caso no he sido seguidor de la mencionada La casa de papel, ni en su estreno en Antena-3 ni en su posterior traslado a Netflix) me imaginaba que estaba ante una película centrada en la planificación y la ejecución de un intrincado atraco, de las que ha habido infinidad de ejemplos, más o menos acertados, en las últimas décadas, lo que incluso se podría englobar en un subgénero propio.

De hecho si soy sincero el mismo inicio de esta película me recordó en detalles a la premisa de la que parte la serie La fortuna de Alejandro Amenábar (que adapta el comic de Paco Roca titulado El tesoro del Cisne Negro) Si en la misma se dirime de forma burocrática y judicial la posesión de un tesoro hallado en aguas españolas, en una historia que bebe de fuentes tan variadas como los clásicos de Emilio Salgari y Julio Verne, los documentales de Costeau y las aventuras del Tintín de Hergé; en lo que se refiere a Way Down bien pronto nos dejan claro que el objetivo son unas misteriosas monedas que pertenecieron al mítico corsario Francis Drake, que justo al ser descubiertas son incautadas y llevadas al Banco de España. En este caso más que mareo de burocracia y juzgados para recuperarlas, se decantan por organizar un espectacular robo que tendrá lugar mientras se disputa la final del campeonato mundial de futbol que ganó España en 2010, transitando el guión de esta película por todos los previsibles y evidentes estereotipos para llevar a cabo semejante objetivo, con un resultado final tan entretenido y eficaz como intrascendente (aunque es sincera y tampoco es que aspire a más)

Con la clara idea de realizar un film lo más internacional posible, en Way Down hay un reparto solvente (tanto nacional como internacional), que tienen a su cargo personajes bastante esquemáticos y meramente funcionales, si bien se integran con corrección a las pretensiones de un producto como este. Es curioso porque en su primer tramo, cuando reclutan al personaje encarnado por Freddie Highmore (en un nuevo intento de este actor para llevar a cabo papeles de lo más variado posible y no quedar encasillado en la imagen de "buen chico" que suele desprender), el joven ingeniero al que interpreta cita con sarcasmo si lo han confundido con Danny Ocean, en un claro guiño a esa otra famosa trilogia de robos planificados protagonizada por George Clooney. Lo gracioso es que luego bien pronto se convertirá la historia justo en el ejemplo del que se ironizaba al principio, si bien Highmore dista aún bastante de tener el carisma del citado Clooney (que le supera en veteranía, más allá de que luego convenza más o menos como actor)

En este tipo de títulos se suele introducir (con mayor o menor acierto), un interés romántico en alguno de los personajes principales, por lo que como Highmore es el nombre más conocido del reparto (es incluso productor de esta película) para él será dicho detalle, representado por la astuta ladrona encarnada por la actriz Astrid Bergès-Frisbey. El problema viene porque dicha "relativa" atracción queda muy difusa y tan solo concretada en un beso en su tramo final que resulta tan insípido como la labor de la citada intérprete para desarrollar su esquemático personaje, que (al igual que el resto del reparto) se limita a cumplir con corrección dentro de los márgenes prefijados por la historia. En este caso la solvencia vendría por sus secundarios, que saben defender con acierto lo muy básico de sus papeles, como demuestran los españoles Jose Coronado y Luis Tosar o el irlandés Liam Cunningham, dejando con las ganas (al menos a mi me pasó) de que sus personajes hubieran tenido un más y mejor desarrollo, para saber más de ellos.
 
Si justo antes citaba las películas de Oceans Eleven como referente más directo a las pretensiones de este film, al igual que en aquellas (y siempre teniendo en cuenta que nos movemos en un mercado global donde las franquicias, cuanto más rentables mejor), la película deja abierta las puertas a una secuela que se llevará a cabo según como funcione en taquilla este film; el cual también llega un año más tarde de lo previsto debido a la pandemia por el Coronavirus, ya que su fecha inicial era el otoño del pasado 2020. En caso de que se lleve a cabo espero que no se concentren tanto en la resolución visual del conjunto como ocurre aqui (demostrando Balagueró su solvencia para ello, aunque careciendo el conjunto de cualquier impronta personal por su parte), para desarrollar más unos personajes que quedan meramente esbozados en una película tan amena como intrascendente, que circula por todos los estereotipos del género en el que se engloba, pero sin detalles que la hagan especialmente memorable. 
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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 12 de noviembre de 2021.
  • Galería de posters por este enlace.
  • LO MEJOR: Es funcional y entretenida, tampoco aspirando a más.
  • LO PEOR: Es intrascendente y esquemática, sin nada memorable.

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