Otra serie que no me perdía nunca cuando era un chaval fue La fuga de Logan (Fuga en el siglo XXIII en Hispanoamérica), una más de tantas producciones de ciencia-ficción de finales de los setenta (y emitida aquí en los primeros años 80), que pese a haber envejecido regular, en su día nos parecía "lo más de lo más".
Al igual que la película del mismo título (protagonizada por Michael York un año antes), esta serie de 14 episodios está basada en la novela homónima de William F. Nolan y George C. Johnson.
El caso es que Logan es un Sandman (o vigilante, en el doblaje español) que vive en una sociedad post-apocalíptica del siglo XXIII que, para evitar la superpoblación, ejecuta a sus ciudadanos cuando cumplen los 30 años (que pa´l caso también viene siendo una forma como cualquier otra de solventar eficazmente el problema de las pensiones, ¿no?).
¡Ah!, ¿qué no sabéis lo que es un Sandman? Pués resulta que la bonita profesión de nuestro protagonista es ser un asesino policial, es decir, que su tarea es la de eliminar a todo aquel que se niega a participar en "el Carrusel" (curioso nombre que le dan al modo de ejecución masiva de treintañeros).
Un buen día, Logan, cercano ya a los 26 años, recapacita y comienza a preocuparse por su edad (¡ay, bandido, no te preocupaba tanto mientras era a otros a los que les tocaba pasar por el tostadero, ¿eh?), motivo por el cual decide escapar hacia la libertad en busca de un mítico lugar llamado Santuario.
Sin embargo, los gobernantes de la sociedad en que vivía, una ciudad llamada Las Cúpulas (con aspecto de macrocentro comercial más bién tirando a "pijo") le harán perseguir por Francis, un antiguo amigo suyo, otro Sandman que tratará de matarle con una más que admirable persistencia.
Huyendo con Logan (al que interpretaba Gregory Harrison), tenemos a Jessica (Heather Menzies) quién hace las veces de "novia" jamona del prota, y a Rem (un simpático androide con nombre de banda musical, interpretado por Donald Moffat).
Todos los chavales de la época flipamos en colores con aquella especie de coche flotante (hovercraft) en el que huían los tres.
Como anécdota, comentar que más allá de los 14 episodios que se rodaron, existían guiones para otros cuatro que finalmente nunca fueron producidos: “Los Guardianes”, “Los Centinelas del Trueno”, “Los Pacificadores”, y “El Campo de Juego”. Sin embargo, parece ser que los índices de audiencia no fueron tan exitosos como la cadena esperaba, y claro, la cancelación no se hizo esperar. Aún así, somos muchos los que recordamos la serie como un gran clásico, con grandes historias de ciencia ficción setentera. De hecho, en ciertos momentos me recuerda a Star Trek, en el sentido de la variedad de civilizaciones que van encontrando los protas en cada episodio (no en vano, algunos guionistas de la citada Star Trek trabajaron después en ésta). Y aunque debe admitirse que en ciertos aspectos (como por ejemplo, los efectos especiales) la producción no ha envejecido demasiado bien, personalmente, a nivel de guiones, me sigue pareciendo una propuesta sumamente interesante. Quizás algún día se animen con su remake...
La película me gustó y recuerdo haber visto la serie cuando era crío. Me gustaba, pero no es menos cierto que a veces ves las cosas de diferente forma cuando pasan los años. La volveré a visionar en breves.
ResponderEliminarUn saludo cinéfago y arácnido!
Desde mi punto de vista ha faltado mencionar que los gobernantes,los de "Las Cupulas", osea, los que se han inventado este "sistema de regulación demografica" eran unos "viejunos", osea que ellos tampoco se metian en el carrusel. Ah! y tampoco se menciona que los pobrecicos treintañeros que iban al carrusel, lo hacian convencidos de que alcanzaban el principal objetivo de su existencía, vaya tela.
EliminarSeguro que ya hay algunos de los de "Las Cupulas" de hoy en día pensando poner esto o algo parecido en practica, da miedo pensarlo...