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lunes, 1 de septiembre de 2025

LA LARGA MARCHA

La larga marcha de Stephen King (aunque en origen lo firmó con el seudónimo de Richard Bachman) ha sido una de mis más recientes lecturas de biblioteca, ya que me interesaba por el próximo estreno de su adaptación en película. El citado film ha sido dirigido por Francis Lawrence y tiene en su reparto, entre otros, a Mark Hamill (el Luke Skywalker de la saga Star Wars) en el papel del Comandante.

En la década del 2010 se puso de moda la palabra distopia como lo contrario a utopía, siendo su ejemplo más notorio el del éxito Los juegos del hambre, tanto a nivel literario como en las varias adaptaciones cinematográficas de sus progresivas entregas. Curiosamente salvo la primera película, dirigida por Gary Ross, el resto de dicha franquicia (4 films estrenados y uno en proyecto) ha estado a cargo de Francis Lawrence, el mismo responsable de esta adaptación.

En ciertos sectores de internet he leído gente confusa, que piensa que La larga marcha será tan solo otra variante de Los juegos del hambre, al coincidir incluso el mismo director de la mayoría de ellas, pero nada más lejos de la verdad. Las obras distópicas de Suzanne Collins vieron la luz a partir de 2008, pero La larga marcha se publicó en origen en 1979, si bien dicen que fue la primera novela que escribió Stephen King, siendo él aún estudiante en la universidad de Maine, aunque salieran a la venta antes otras como Carrie y El resplandor.

Como curiosidad, que esta novela fuera publicada con el seudónimo de Richard Bachman viene a colación debido a que los editores de aquel entonces tenían miedo de que se colapsara el mercado de obras de Stephen King si se editaba con su nombre (ha tenido épocas en las que ha sido un escritor bastante prolífico). Siete han sido las novelas en las que ha usado el citado seudónimo, cinco de ellas entre 1977 y 1984 (entre ellas la presente), más otras dos, una a mediados de la década de los 90 y otra a mediados de la década de los 2000.

Esta novela nos presenta una sociedad, no sabemos si futura o no (el texto carece de detalles que nos permitan situarla), en la que debido a algo sucedido hace años, existe un "deporte" nacional llamado La larga marcha en la que 100 jóvenes elegidos por sorteo se ven obligados a andar sin parar hasta que al final quede tan solo uno en pie. Para el ganador queda el gran premio, que tampoco nunca se describe pero se insinúa que sea todo lo que la persona quiera. Los que poco a poco vayan perdiendo serán ajusticiados a medida que vayan cayendo agotados... o peor. 

El responsable de dicho "espectáculo" nos lo presentan tan solo como el Comandante, que se supone que será el tirano o dictador máximo del régimen que haya establecido (presumiblemente militar a tenor de como se hace denominar). Se cita que hay apuestas para acertar el ganador final, e incluso las autoridades del país dan su aprobación a semejante tortura tan sádica. Y es que una vez comenzada, nadie puede parar literalmente para nada, y como te detengas apenas pocos segundos al menos tres veces, el siguiente aviso ya será directamente un disparo en la cabeza.

El protagonista de la historia, narrada en tercera persona, es Raymond Garrity, uno de los cien miembros elegidos para La larga marcha, y será sobre él y los otros participantes que orbitan a su alrededor que se centrará una historia tan concreta como concisa (quizás demasiado). Al principio todo transcurre entre bromas y arrogancia, pero el progresivo cansancio, las circunstancias climatológicas o la llegada de la noche van haciendo mella en los participantes, que paulatinamente irán cayendo, mientras crecen la tensión y la angustia entre los que aún quedan en pie.

Pese a que desde principio se pueda uno suponer quien será el ganador de La larga marcha, cabe indicar que en muchos momentos planea la duda, ya que al progresivo desgaste físico de los participantes se unirá el mental, por lo que habría cabido cualquier posibilidad. La novela falla quizás en centrarse demasiado en el evento del título, sin ampliar detalles de una sociedad que permite su existencia (algo que posteriores distopías de otros autores si han hecho), así como un final demasiado abrupto, que se deduce desesperado y sin remisión.

CALIFICACIÓN: Entretenido (3,5/5)

miércoles, 27 de noviembre de 2024

LA CANCIÓN DEL SUPERVIVIENTE

Admito que descubrí al autor Paul Tremblay por la película Llaman a la puerta de M.Night Shyamalan, que está basada en su novela La cabaña del fin del mundo. Eso me animó a leer más obras de dicho autor, con lo cual El club de los portaféretros, Desaparición en la roca del diablo y Una cabeza llena de fantasmas fueron detrás, pero desde entonces no había vuelto a acordarme de él, hasta que con mi reciente lectura de Los vigilantes vi anunciada esta La canción del superviviente, y entonces hice memoria de quien era su autor.
 
No voy a negarlo, la temática zombi en la que se engloba esta obra me hizo pensar en una enésima revisión del arquetípico apocalipsis que devuelve a la vida a los muertos, pero esta novela tiene unos matices sobre eso que ya se ha visto hasta la extenuación, que la hacen algo diferente. Se trata de un virus que afecta a personas y animales, pero centrado en una zona bastante específica de los Estados Unidos, (Massachusetts) y que se transmite por mordiscos y por la saliva, pero no por vía aérea (al menos según los datos que provienen de fuentes más o menos fiables, y no de negacionistas y conspiranoicos... aunque también se asomarán por estas páginas)
 
Se decreta confinamiento para su contención, en el cual presentan a Natalie, embarazada de 38 semanas (a puntito a puntito para ya parir) y que se encuentra inquieta mientras espera el regreso de Paul, su pareja, del supermercado. Las autoridades han repartido cebos para los animales, y están intentando controlar a una población aterrorizada que colapsa los centros médicos pensando estar contagiados por cualquier lametón o similar de sus mascotas. Cuando te infectas el virus se desarrolla en un tiempo muy breve (apenas horas) y te conviertes en una bestia rabiosa que ataca a todo lo que se menea, y Paul tiene la mala suerte de toparse con uno así que lo mata, y muerde a Natalie
 
Pero nada de esto sería spoiler, porque apenas se trata del prefacio de una obra que, a partir de ahí, establece una carrera contrarreloj, en la que la protagonista intentará conseguir la ayuda de una amiga suya doctora, y entre ambas se verán inmersas en un drama frenético de supervivencia que en total debe durar unas cuatro horas, pero en la que todo gira en intentar salvar a Natalie y a su bebé. Con la experiencia de haber leído tanto apocalipsis zombi uno se imagina que ya sabe como acabará todo, pero el autor desarrolla tan bien a las dos protagonistas de la historia que aunque puedas pensar que se hace evidente lo que va a suceder, te embarguen sentimientos de angustia y pesar por su destino, y sobretodo por el de ese bebé nonato que en otra realidad hubiera venido al mundo con menos tensión.
 
Antes de empezar hay una nota del autor, avisando a los lectores de ciertos espacios en blanco (en algunos casos incluso páginas) los cuales tienen su razón de ser, sobretodo en su tramo final. Con ellos quiere reflejar la angustia y la indecisión antes de emprender una resolución que puede ser eficaz (o no), pero que entraña unos riesgos evidentes, de esos que te dejan traumatizado. Y esos momentos están muy bien expresados con ese recurso, forzando al lector a sentir esa misma incertidumbre hacia lo que se tiene que hacer (lo que se debe de hacer) y las consecuencias que ello comporte. Porque por encima de todo esta novela se ciñe sobre dos conceptos básicos en un panorama apocalíptico: la profunda amistad entre dos personas, y el eterno amor que una madre siente por el hijo que lleva en su seno.

CALIFICACIÓN: Entretenida (3,5/5)

domingo, 18 de octubre de 2020

LA MALDICIÓN DE BLY MANOR


Si los diez capítulos de La maldición de Hill House (2018) reinterpretaban para la televisión la famosa obra literaria de Shirley Jackson The Haunting of Hill House, la nueva serie a la que aquella ha dado pie, The Haunting of Bly Manor, se inspira en la que probablemente es la más conocida novela de fantasmas, Otra vuelta de tuerca (The Turn of the Screw) de Henry James, llevada con anterioridad infinidad de veces a las pantallas grande y pequeña, y siendo quizá su más famosa adaptación la realizada por Jack Clayton en 1961, The Innocents, en España conocida como Suspense.


Mike Flanagan, artífice de La maldición de Hill House, vuelve a estar detrás del proyecto, respaldado de nuevo por buena parte del equipo técnico y artístico (repiten muchos de los actores, si bien en papeles diferentes) con el que colaboró en la serie de hace dos años. También de nuevo debemos asumir que estamos ante una relectura del libro, con muchas libertades y variantes, por ejemplo que está ambientada en 1987.

Dani Clayton (Victoria Pedretti; el guiño al director de la película clásica es obvio), una joven estadounidense que reside ahora en Inglaterra y que parece huir de un pasado doloroso, obtiene el puesto de institutriz en una centenaria mansión ubicada en la campiña. Deberá hacerse cargo de dos hermanos, Miles (Benjamin E. Ainsworth) y Flora Wingrage (Amelie B. Smith), que han perdido recientemente a sus padres y también a su anterior cuidadora. Además de con estos niños, deberá convivir en la finca con otros personajes: la señora Grose (T'Nia Miller), el ama de llaves, Owen (Rahul Kohli), el cocinero, y Jamie (Amelia Eve), la jardinera. Como corresponde a la moda actual en EE.UU. y es casi obsesión, las razas y géneros de los personajes están a menudo cambiados con respecto a los de la novela de James.


Y, claro está, a medida que Dani se va adaptando a su nueva vida y sigue luchando con los fantasmas de su pasado que le atormentan, irá internándose en los misterios e intrigas que rodean a la familia Wingrage, tendrá que lidiar con el extraño carácter de sus pupilos, y se irá sumergiendo en los oscuros recovecos que conforman esa maldición de Bly Manor. Todo esto nos es presentado al espectador, de manera parecida a lo que sucedía con La maldición de Hill House, en forma de varias líneas temporales que saltan constantemente a lo largo de los capítulos, y por supuesto dentro de un mismo capítulo, para contarnos el pasado y las motivaciones de los distintos habitantes de Bly Manor. Este recurso tan habitual hoy día en las series de televisión –varios arcos e historias entremezcladas– se hace en esta que reseñamos a veces demasiado tedioso e intrincado, más aún cuando muchas de las historias que estamos viendo sólo acaban de cobrar sentido en los capítulos finales, cuando se explican de manera más clara los sucesos y escenas que hemos visto en los episodios precedentes. Así pues, La maldición de Bly Manor tarda bastante en despegar, prácticamente más de la mitad de su duración (nueve episodios), pero el espectador paciente se verá recompensado con las últimas entregas de la nueva obra de Mike Flanagan. Hay un episodio muy diferente y especial que, rodado parcialmente en blanco y negro –no quiere adelantar demasiado sobre él para no estropear el disfrute al posible espectador–, nos remite al cine de Mario Bava, Roger Corman y otros clásicos del terror, así como a los cuentos del mismísimo Edgar Allan Poe. Particularmente, ha sido el momento que más he disfrutado de Bly Manor, algo similar a lo que me ocurrió con La maldición de Hill House, en la que también hay un episodio embriagador y absorbente que destaca sobre el resto.

También como con su predecesora, hacer notar que los productores optan por una serie de fantasmas en las que se antepone el drama y la elegancia visual ante el susto fácil y la truculencia –de hecho, Bly Manor es incluso menos tétrica y oscura que Hill House–, lo que, para el firmante, bastante cansado del cine fantasmagórico que puebla las pantallas hoy día, es muy de agradecer.

Después de ver La maldición de Bly Manor me han entrado ganas de volver a leer la novela de Henry James, que abordé hace varias décadas. Creo que eso de por sí ya es una buena cosa que tiene esta nueva adaptación televisiva. 

Reseña de La maldición de Hill House (serie).

Reseña de The Haunting (La casa encantada).           

domingo, 4 de octubre de 2020

"EL TANQUE Y OTRAS HISTORIAS..." EN FORMATO DIGITAL

Para aquellos que prefieran el formato electrónico, ya está disponible la edición digital de mi segundo libro de cuentos fantásticos, El tanque y otras historias olvidadas, cuyo primer aniversario se cumplió el mes pasado.

También os ofrezco la posibilidad de obtenerlo en formato físico + digital por el precio del físico, 13 € más gastos, pero en ese caso debéis pedírmelo directamente a mí, ya que Lektu no proporciona esa opción. Podéis escribirme a: luis_ehague@yahoo.es

Si queréis leer parte del contenido del libro, lo encontraréis en la sección Extractos de mi blog.

Os recuerdo además que podéis bajaros de manera totalmente gratuita mi anterior libro, Cuentos sombríos, desde la misma web. 

sábado, 4 de abril de 2020

"CUENTOS SOMBRÍOS" EN EDICIÓN DIGITAL, REVISADA Y GRATUITA


En estos días se nos conmina a rodear los televisores con ciega devoción y a aplaudir desde los balcones como chimpancés enjaulados, pero yo digo que también hay lugar para la introspección, la reflexión, el sosiego y la lectura. Quiero aportar mi granito de arena a esta propuesta alternativa -y no exclusiva-, ofreciendo mi primer libro, Cuentos sombríos, en descarga gratuita y tanto en formato pdf como en epub. Como sabréis muchos de vosotros, lo publiqué en 2017 y su humilde tirada de 79 ejemplares se agotó en unos meses. Si os lo perdisteis por la razón que fuese, ahora tenéis opción de leerlo sin coste alguno.

Tan sólo necesitaréis daros de alta en la web y, como "pago", compartirlo en alguna red social (Facebook o Twitter), pero si todo esto os resulta muy complicado, sólo tenéis que pedírmelo a luis_ehague@yahoo.es y os lo enviaré directamente por e-mail.

Espero que os guste mi iniciativa y que mis cuentos os proporcionen al menos un poco de entretenimiento en la lamentable situación en que nos encontramos, y aprovecho para dar las gracias a Miguel Á. Monge por su paciente labor como maquetador.

miércoles, 31 de octubre de 2018

REGRESO A LA CASA DE LA COLINA: LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE


Siempre que puedo aprovecho para difundir la que considero sin dudarlo una de las grandes películas del cine de terror de todos los tiempos: The Haunting, dirigida por Robert Wise en 1963. Adaptaba la entonces reciente novela The Haunting of Hill House de la escritora Shirley Jackson, y a España –si no estoy equivocado– sólo llegaría décadas después y a través de la pequeña pantalla con el título de La casa encantada (posteriormente aparecería en DVD como La mansión encantada).

La propuesta argumental tanto del largometraje como del libro es sencilla. De hecho, se repetiría a menudo a partir de entonces en muchas obras de ficción tanto literarias como fílmicas –Richard Matheson escribiría en 1972 La casa infernal, también llevada al cine, y con un sospechoso parecido con el libro de Jackson–: un pequeño grupo de personas se hospeda en una aislada y vetusta mansión que acarrea una funesta fama y se dice está encantada, con objeto de investigar los supuestos fenómenos que acontecen en ella. Es la Mansión Crain, la Casa de la Colina. El reparto principal lo conformaban Richard Johnson, Julie Harris, Claire Bloom y Russ Tamblyn.

¿Dónde está la originalidad de The Haunting? Aparte, como se ha dicho, de que pueda ser una de las primeras películas que plantee ese argumento hoy día tan común, el gran acierto de Wise al trasladar a la pantalla el texto de la señora Jackson radica en utilizar la sugestión y la ambientación para crear un clima de terror sobrenatural más psicológico que físico (sensación que el director refuerza con un recurso tan arriesgado en la narración audiovisual como es la voz en off). Por medio de sombras, planos con perspectivas diagonales o atípicas, contrapicados y sobre todo gracias a una trabajada dirección artística y unos cuidadísimos decorados, la película provoca una tremenda inquietud y un asfixiante desasosiego en el espectador que acepte el reto de entrar en Hill House. Y es que el terror que se sabe insinuar más que mostrar, aquel que sabe llegar sutilmente al inconsciente del espectador incluso antes que a sus sentidos visuales o auditivos, es el que más logra cautivar y conseguir su verdadero propósito: dar miedo.

martes, 3 de octubre de 2017

LA BIBLIOTECA DE CARFAX

Estuve considerando diversos títulos para mi libro hasta decantarme por el que finalmente elegí: Cuentos sombríos. Buscaba algo sencillo que resumiera el tono más o menos general y el nexo común que unía mis historias, y el adjetivo “sombrío”, tanto en el sentido de lúgubre u oscuro, como de melancólico, me pareció perfecto. Lo primero que hice tras decidirme por él fue buscar en internet si había ya algún otro libro con idéntico nombre; era un término tan frecuente que me pareció que sería muy posible, aunque de todas formas no pensaba cambiarlo ya. Sin embargo, me sorprendió no encontrar nada actualmente publicado con ese título.

Pero, lo que son las cosas: haciendo una búsqueda en Google el pasado mes de septiembre di con un nuevo volumen de inmediata aparición que se titulaba curiosamente Relatos sombríos, una recopilación de historias de la escritora inglesa Edith Nesbit que incluía una titulada La sombra, como también se llama uno de mis cuentos. Me picó la curiosidad, tiré del hilo y llegué a la página de La biblioteca de Carfax

Tras esta marca comercial, que alude claramente a la obra más clásica de Bram Stoker, nos encontramos con una nueva editorial nacional que ha comenzado a publicar este año y que ha escogido como temática principal la literatura de terror, tanto moderna como clásica, y que, de momento, lleva ya cuatro interesantes libros publicados en este 2017: Las ratas de James Herbert, el folletín Sweeney Todd, el collar de perlas de James M. Rymer, Experimental Film de Gemma Files y el ya mencionado Relatos sombríos. En breve aparecerá otra recopilación de historias cortas también de una autora clásica británica, Amelia B. Edwards, El carruaje fantasma y otras historias sobrenaturales y la novela La creación de Gabriel Davenport, de Beverley Lee..

Tengo ya en mis manos el último volumen publicado por La Biblioteca de Carfax, el de relatos de Edith Nesbit, y me han gustado mucho tanto el contenido como la presentación del libro, un cómodo formato de 13 x 20 tan manejable como agradable (¡soy de los que consideran también el tacto y hasta el olor de un libro cuando lo compran!). De las ilustraciones de los títulos aparecidos hasta ahora se ha ocupado Rafael Martín.

Esta joven editorial tiene una importante lucha por delante para abrirse paso en un mercado en el que existen titanes como Valdemar o competencia más reciente como Pulpture, pero su sugestiva oferta y sus aceptables precios (entre 16 y 22 euros por referencia) hacen que sea una opción más que tentadora y, por lo demás, perfectamente compatible con otras empresas del ramo. Personalmente estoy bastante interesado en seguirla e incluso me voy a proponer como reto abordar algunas de sus publicaciones que, en principio, se alejan un poco de mis lecturas más habituales dentro de la temática fantástico-terrorífica (o sea, las novelas y relatos más modernos).

¡Mucha suerte a La Biblioteca de Carfax!