Esta The Running Man sería la nueva adaptación de la obra homónima de Stephen King, después de la anterior que tuvo en 1987 dirigida por Paul Michael Glaser (famoso por la serie de los setenta Starsky y Hutch), con Arnold Schwarzenneger de protagonista, y que aquí en España llegó con el título de Perseguido. En este caso dirige Edgar Wright (su último trabajo era Última noche en el Soho) y protagoniza el actor Glen Powell (visto en Twisters o Top Gun: Maverick).
Aunque en la cartelera americana sus estrenos las separaron dos meses, la casualidad ha hecho que aquí en España lleguen el mismo mes tanto esta como La larga marcha (estrenada allí en septiembre). En los dos casos coincide que están basadas en novelas de Stephen King, e incluso siendo precisos, en dos que se editaron con su seudónimo de Richard Bachman. Me leí hace poco ambas obras, tanto La larga marcha como The Running Man, esta última con el título español de El fugitivo.
Siguiendo con los paralelismos, ambas historias están situadas en unos futuros más o menos cercanos, donde se ha generado una distopía en la que triunfa un concurso donde sus participantes tienen que sobrevivir o morir. En La larga marcha es una competición donde gana quien anda sin detenerse más que el resto, que son ajusticiados al caer. En esta The Running Man el título hace referencia a un reality show en el que sus concursantes tienen que sobrevivir a que les den caza, ganando más dinero cuanto más sobrevivan en un plazo de 30 días.
El protagonista es Ben Richards, un individuo normal y corriente aunque con ciertos problemas para controlar su ira. Su despido, su esposa teniendo que ir a trabajar a un club de mala muerte y que la hija en común de ambos esté enferma (y necesite tratamientos médicos que no se pueden permitir) le llevan a arriesgarse como concursante, con la sorpresa de que su talante le hace el candidato perfecto para The Running Man.
La productora del show, cuyo dirigente es Dan Killian (interpretado por el actor Josh Brolin) se supone que maneja todos sus programas a su antojo, con el único objetivo de conseguir la máxima audiencia. El tesón de Ben por sobrevivir más de lo que lo han hecho antiguos concursantes le llevará a descubrir lo que se esconde tras el show, e intentar ponerle freno haciendo que la alienada población conozca la verdad y actúe.
Esta película de Edgar Wright es sin duda todo un espectáculo de acción, en el que destaca de forma bastante evidente su protagonista, un Glen Powell cuyo carisma sostiene sin problemas sus más de dos horas de metraje (porque para lo que cuenta, y como lo cuenta, podía haber durado menos). Su Ben Richards resulta fiel a la obra original pero al mismo tiempo el actor consigue limarle asperezas para lograr una mayor empatía con el público.
Esta historia está ambientada en un distópico 2025 (al menos en la novela original así lo era), por lo que resulta curioso ver a los personajes empleando en algunos momentos tecnología que nos remite a finales del siglo pasado. Pero aquello que en origen era una clara y brutal crítica contra la alienación del público ante las pantallas, queda aquí relegado a un segundo plano para favorecer la frenética huida sin rumbo de su protagonista.
Como dije en el principio de esta crítica, el estreno casi simultaneo de La larga marcha y The Running Man (y sus relativos parecidos) puede llevar a compararlas, siendo evidente que en la primera prima el mensaje sobre la forma, mientras que en esta es justo a la inversa. Son dos maneras diferentes de enfocarlo, ambas igual de válidas, pero lleva a que este film sea evidente que está desarrollado con la intención de que sea un éxito taquillero.
Aunque resulta un tremendo divertimento, la sensación que he citado está presente en todo momento, haciéndose del todo palpable en su "parche" final. La novela terminaba con un acto de justicia divina, pero que dejaba con un cierto sabor agridulce al lector. Pero como eso podía recordar a los atentados del 11S, se ha pergeñado un epílogo que nos ofrece una conclusión más positiva, para que la mayoría del público quede complacido.
En conclusión The Running Man es un fantástico entretenimiento (al que quizás le sobra algo de metraje), bajo el cual se esconde una crítica algo difuminada contra el poder corporativo y la alienación de las masas (siendo una lástima ya que es un tema vigente en el que se podría ahondar más). Con una mayor fidelidad a la novela original que el film de 1987, se permite guiños al mismo con la imagen de Schwarzenegger en el sitio más inesperado: ¡estad atentos!.
CALIFICACIÓN: Entretenida (3/5)
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 21 de noviembre de 2025.
- Galería de posters por este enlace.
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