domingo, 2 de octubre de 2022

SMILE

¿Cuantas veces no habremos visto la típica escena de dos tipos mirándose, uno con una sonrisa morbosa en la cara y el otro preguntándose de que puñetas se rie, y si es que tiene "monos en la cara"? La sonrisa no siempre sería sinónimo de algo agradable, y sino que se lo digan a Batman y su eterna lucha de décadas contra el Joker (o la mezcla de ambos "conceptos" que representa el Batman que rie) La sonrisa sería un gesto que perturba e inquieta cuando no es natural, y el cine de terror se ha valido de ello en innumerables ocasiones para dejar así más patente la mente perversa del psicópata de turno. 
 
El problema igual proviene del hecho que el género del terror es uno de los más baratos de realizar y más facilmente rentable, lo que ha llevado a una sobreexposición en la que podriamos decir aquello de "ya ni las pelis de miedo dan miedo", porque el espectador ya se las ha visto "de todos los colores" y resulta dificil innovar. Además con la cercana festividad de Halloween (en el momento que escribo esta crítica) parece como si fuera una obligación el tener que estrenar películas podriamos decir "inquietantes" (si nos atenemos a que el terror es cada vez más dificil de alcanzar), pero que reinsisten con fórmulas conocidas (por ejemplo el "slasher" y sus infinitas variantes y secuelas) ofreciendo resultados más o menos aceptables, pero en ningún momento emblemáticos.

Admito que tal pensamiento es el que me ha llevado a alejarme del género (al menos con expectativas de algo memorable, a lo sumo me conformo con ameno), por lo que me llamó bastante la atención la campaña promocional de la película Smile, ya que a priori no parecía de antemano que fuese más de lo mismo. Se trata del debut en la dirección de Parker Finn, cuya filmografía la conformaban hasta ahora tan solo dos cortometrajes titulados The hidebehind y Laura Hasn’t Slept, siendo justo este último la inspiración para el presente film. Llevada a cabo con un modesto presupuesto de apenas 17 millones de dólares (tal y como dije antes, el terror sería un género que por regla general no suele necesitar de mucha inversión), las cifras iniciales ya dan a entender que será rentable bastante pronto, lo cual reitera el enésimo ejemplo de lo que señalé unas líneas más arriba. Pero lo esencial sería saber si merece la pena esta cinta protagonizada por Sosie Bacon, vista en series de televisión como por ejemplo Por 13 razones (e hija de los tambien actores Kevin Bacon y Kyra Sedgwick), y la respuesta sería sin duda alguna afirmativa... aunque con matices.

Y es que como siempre suele ocurrir cuando aparece un producto más o menos innovador, el mismo debe pagar el peaje de circular por escenarios comunes en el género, que pueden ser más o menos reconocibles según la experiencia que tenga cada espectador, aunque en algunos casos también predecibles. Smile, que para definirla de alguna manera vendría a ser una mezcla entre The Ring (por lo de la maldición) e It follows (por la incertidumbre sobre la amenaza), juega durante mucho tiempo con la ambigüedad de si verdaderamente existe una presencia perturbadora, o todo son sólo locuras de su protagonista. En esos momentos acierta bastante a la hora de mostrar como la sociedad (bien sean amigos, parientes o colegas laborales) suelen dejar de lado al enfermo mental, que aparte de su desgracia tiene que convivir con los prejuicios de personas con las que creía poder contar. Sería en su tramo final cuando se decanta por traer a primera línea un trauma que arrastraba la protagonista, y del que se han ido dando pequeñas pinceladas antes, lo que ya deja concretada (que no explicada) la amenaza, con un final abierto para una hipotética secuela.

Algunos espectadores pueden argumentar que desde su (notable) principio se hace previsible como acabará, pero en este caso no diría que eso sea algo más o menos acertado (lo dejo a juicio de cada uno que vea este film), sino que el placer morboso para quien lo ve radica en ser partícipes de todo el trayecto de la caida en desgracia de la protagonista, donde se la somete a todo tipo de suplicios (y sustos al espectador) a cual más insidioso, lo que va provocando su paulatino declive. También es justo reconocer la buena imagen que deja su director novel (el antes mencionado Parker Finn) a la hora de planificar ciertos planos y secuencias, que consiguen aumentar la inquietud del espectador, sobretodo cuando las sonrisas dejan bien claro que algo no funciona bien para la sufrida Rose (el personaje a cargo de una bastante convincente Sosie Bacon) En resumidas cuentas Smile es una buena película, más inquietante que de terror (aunque algún momento tiene), que maneja con destreza elementos comunes al género para ofrecer un film que puede recordar a ejemplos previos, pero que consigue tener personalidad propia.
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