domingo, 26 de junio de 2016

INDEPENDENCE DAY: CONTRAATAQUE

¿Es Roland Emmerich un buen director? Sin duda no, algo evidente tan solo con ver las películas que ha perpetrado a lo largo de su carrera, donde a lo sumo ha salido alguna un poco entretenida y aún da gracias (ya cuando ví una de sus primeras películas, Soldado Universal, me pareció una burda copia del esquema de la mucho mejor Terminator 2) Como al aleman lo que mejor se le dan son los films de catastrofes, es en ese subgénero donde se concentra la mayoria de su obra, debido al éxito que consiguió hace 20 años con Independence Day, de la que ahora nos ofrece una secuela donde de nuevo la parafernalia de los efectos visuales (que nadie niega que son espectaculares) supera con creces a unos personajes que son puro estereotipo, hasta el punto de que uno valora si se atreverán a que los aliens ganen (lo cual si habría sido una novedad destacable)

La primera fue lo que muchos citan como "americanada" porque no dejaba de ser una historia donde una invasión que parecía que solo afectaba a los Estados Unidos hacia que ¿toda la humanidad? se uniera para combatir al enemigo común. Dos décadas más tarde los aliens deciden hacer lo mismo pero MÁS A LO GRANDE, aunque el resultado final será el mismo (¿o es que alguien lo pone en duda y diran que es un spoiler?) pese a que hay que reconocer que la película consigue que no añoremos a Will Smith, uno de los protagonistas de la previa, aqui recordado como héroe y que es sustituido por su hijo (en la ficción) Si repiten otros como Bill Pullman o Jeff Goldblum aunque para el caso poco importa, ya que de nuevo se ven solapados por unos efectos visuales espectaculares que hacen que te importen bien poco esos molestos humanos que circulan por la película.

martes, 21 de junio de 2016

3ª TEMPORADA DE PENNY DREADFUL

Con el noveno y último episodio de su tercera temporada finalizaba este pasado domingo la serie coproducida por el Reino Unido, Irlanda y EE.UU. Penny Dreadful. Sus creadores esperaron a que concluyera para hacer oficial su cancelación, pero era algo que se veía venir, pues a esas alturas no se había comentado absolutamente nada sobre una posible renovación para el 2017.

Me entristece sobremanera que concluya así precisamente el espacio televisivo que más me ha gustado en estos últimos años, pero quizá haya que recurrir a aquello de que “lo bueno, si breve…” y agradecer que la serie no se extienda más allá de lo razonable y sostenible y acabe languideciendo y perdiendo interés y calidad como parece que es inevitable con este tipo de creaciones audiovisuales cuando su producción y su emisión se alargan durante años.

Comenta el creador de Penny DreadfulJohn Logan, que no se cancela por razones de audiencia, sino que ha sido una decisión voluntaria de sus artífices, y que básicamente había sido concebida con idea de concluir en su tercera temporada. Me resulta un tanto increíble que sea así, pero entiendo que una creación como esta –ambientada en el siglo XIX y con un impresionante despliegue de medios visuales e infográficos– sea muy costosa y también –por suerte o por desgracia– que por su temática, su particular estética y ambientación pueda no ser del gusto del gran público. Sea como fuere, las aventuras y desventuras de esta particular “Liga de los Caballeros Extraordinarios” bastarda y alternativa –que, sin embargo, como comentaba en este artículo del pasado año, es mucho más fiel a la obra de Alan Moore y Kevin O´Neill que la lamentable adaptación oficial al cine de 2003– llega a su fin tras estas tres temporadas, compuestas, respectivamente, de 8, 10 y 9 episodios. Nos quedamos con las ganas de ver más desarrollados personajes como ese Doctor Jekyll que nos presentaban este año o la peculiar tanatóloga Catriona Hartdegen, también nuevo fichaje; incluso de asistir a lo que creíamos una próxima aparición de la mítica momia Imhotep, a la que se menciona en un capítulo… También tengo la impresión, a nivel personal, de que el final se ha forzado un poco, aunque tampoco es impensable que la serie –o algún tipo de spin-off, tan de moda ahora– pudiera continuarse si hay el suficiente interés.

De esta última temporada, destacar también la incorporación de un villano de lujo como el mismísimo Drácula, seguido de cerca por su fiel Renfield y por una versión femenina del Doctor Seward, así como la de los personajes encarnados por actores de la talla de Wes Studi –que da vida a un chamán apache– o Brian Cox –padre del de Ethan Chandler–, entre otros. Durante algunos episodios, la acción se trasladó del oscuro y neblinoso Londres al mismísimo Oeste americano, una nota pintoresca y colorida que estuvo lejos de ser desagradable. Se repartió el protagonismo entre el enorme plantel de personajes, lo que quizá nos privó de la posibilidad de ver a alguno enteramente desarrollado y aprovechado, pero así pudimos saber más también sobre Dorian Gray y su amante Lilly o sobre la infortunada criatura de Frankenstein, con la que quizá se rizó demasiado el rizo al forzar tanto su vínculo con Vanessa Ives.

El final de Penny Dreadful deja un pequeño huequecito vacío en mi corazón televidente. Soy más partidario de los largometrajes que de las series, veo muy pocas de estas y escasas son las que logran apasionarme tanto como esta que ahora nos deja; de hecho, con la reciente conclusión de Banshee, creo que ahora mismo no queda ninguna en el horizonte que me llame verdaderamente la atención…

lunes, 20 de junio de 2016

DIOSES DE EGIPTO

En 1994 se estrenó El cuervo, dirigida por Alex Proyas, y que se convirtió en un film mítico por ser el último de Brandon Lee, el hijo de Bruce Lee. La película, que en su momento me gustó mucho, me descubrió a su (por entonces) desconocido director, al que me propuse seguir. Cuatro años más tarde llegaba el turno de Dark City, título emblemático que muchos creen que fue la evidente inspiración que tuvieron los Wachoski cuando al año siguiente presentaron Matrix. Hasta 2004 no volví a ver nada suyo, siendo en este caso Yo robot, donde adaptó la obra literaria de Isaac Asimov bajo los parámetros de un blockbuster de Hollywood con estrella de renombre (en aquel caso Will Smith), lo cual quiso repetir con Nicolas Cage en Señales del futuro con resultados más... dispares.

Con este preámbulo quiero dejar claro que, gusten más o menos los films citados, los mismos cumplían unos mínimos básicos para poder decir de ellos que como mínimo eran más o menos entretenidos, por lo que uno no se explica que el responsable de ellas sea capaz de presentar un BODRIO tan grande como la presente Dioses de Egipto. Pero lo peor no es que sea mala (que lo es) si no que su director no lo admita, atacando a los críticos que pusieron a caldo a esta película cuando se estrenó en Estados Unidos en febrero. Tengo que reconocer que su fracaso en la taquilla americana y sus nefastas críticas levantaron mi curiosidad, porque cada uno tiene sus gustos y siempre te queda la duda de que a lo mejor a ti te gusta algo que al resto no: ¿de verdad Dioses de Egipto es tan mala como dicen? Visto lo visto no puedo menos que afirmarlo rotundamente.

miércoles, 15 de junio de 2016

NINJA TURTLES: FUERA DE LAS SOMBRAS

Aprovechando el éxito de la primera, han tardado más bien poco con esta secuela de unos personajes (en origen) de comic tan populares como Las Tortugas Ninja, que vivieron su época de mayor auge en los años 80 y principios de los 90. Estrenada hace un par de años los casi 500 millones de dólares recaudados a nivel mundial (sobre un presupuesto de 125) de Ninja Turtles fueron motivos suficientes para dar pie a esta secuela, pero si ya entonces estábamos ante una película correcta y entretenida (dentro del tipo de producto que es), esta secuela corría el riesgo de aumentar los errores y perder las virtudes, ya que no olvidemos que el productor es Michael Bay (a quien le debemos, entre otras, la saga Transformers); y todos sabemos que cuando este señor mete mano en algo, su estilo (para bien o para mal... aunque más de lo segundo) se nota.

Aún siendo rentable, la anterior entrega cosechó críticas no muy buenas, algo de lo que esta tampoco se librará, pero si uno entra a valorarla tan solo como producto de entretenimiento (ni más ni menos que lo que es) pensando que esta secuela sería igual, o (estando Bay) un poco peor que la anterior, para mi sorpresa he de admitir que me he encontrado con un producto final con sus errores, pero que convence más al recurrir a algo que encandilará a los (ahora) adultos que vivieron en su juventud la serie de animación que hizo famosas a estas tortugas: la nostalgia de aquellos años. ¿Es mejor o peor que la primera? Pues me atrevería a decir que un poquito más de lo primero que de lo segundo gracias a esos recuerdos de cuando eramos (más) jóvenes.

lunes, 13 de junio de 2016

EXPEDIENTE WARREN: EL CASO ENFIELD

Admito que no soy perfecto (nadie lo es) y que quizás en ocasiones he dejado pasar buenas películas por la típica selección que uno hace con los estrenos de la cartelera (verlo todo es abusivo y uno escoge bajo sus propios criterios) Eso me ocurrió hace tres años con Expediente Warren: The Conjuring, que luego pude recuperar en un pase cuando la emitieron por televisión, admitiendo (y ya es extraño teniendo en cuenta que uno ha visto casi de todo en lo referente a sustos) que era una película de terror realmente inquietante. Su éxito ha propiciado esta secuela, que pese a todo se puede disfrutar sin problemas en caso de que no se haya visto el film precedente, si bien tiene el handicap de una mayor duración.

No quiero sugerir que sea peor por ser más extensa (tampoco mucho, de 1 hora 52 minutos pasamos a 2 horas 14 minutos), pero el terror (al igual que la comedia) suele funcionar mejor en pequeñas dosis, por lo que la insistencia sobre un mismo concepto puede restar importancia al mismo (¿cuantas películas no hemos visto donde la sorpresa inicial se diluye si se abusa durante el resto del metraje de la misma?) Pero por suerte eso no ocurre en este caso, y aunque tampoco estemos ante un título que invente nada nuevo, como le pasaba a la precedente, si es digna de mérito la labor a la hora de desarrollar momentos tensos y angustiosos que consigan mantener atento al espectador.