En el artículo sobe la
Editorial Vértice y
López Espí que colgué
el otro día, os dije que en breve hablaría del álbum que este genial artista había hecho para la empresa de bollería
Cropán, y dado que lo prometido es deuda, os invito a subir conmigo una vez más a la máquina del tiempo. Así que sentaos y abrochaos los cinturones, porque vamos a despegar de inmediato.
¿Todos a bordo?, pues...¡allá vamos!
Estamos en
1975. En las emisoras de radio suenan cosas tan diversas como
Cecilia y su
Ramito de Violetas,
Burning con su
Rock urbano y
Triana con su
LP El patio, y en los cines sorprenden joyas como
Tiburón,
Alguien voló sobre el nido del cuco, o
Los tres días del Cóndor.
En las tiendas de discos venden
vinilos y
cassettes (nadie sabe lo que es un
CD), en los kioskos aún sirven chicles
Cheiw, y en los bares
Mirinda. Aunque cada vez más familias ya cuentan con un televisor en sus hogares, apenas hay aparatos en color, y sus precios son verdaderamente prohibitivos. No tenemos más que
dos tristes canales de televisión (los cuales solo emiten unas determinadas horas al día), no sabemos lo que es un mando a distancia, y los primeros reproductores de vídeo, así como las primeras vídeoconsolas, aún no han comenzado a distribuirse formalmente en nuestro país. De internet mejor ya ni hablamos...
Con semejante panorama a cuestas, la chavalería matamos el tiempo jugando al fútbol, las canicas, el trompo o el escondite. Muchos también leemos
tebeos (por estas fechas los llamamos así, porque no sabemos aún que diablos es un
cómic, y aún falta bastante para averiguarlo).
Hace apenas seis años que unos tipos enfundados en ajustados pijamas de colores chillones han aterrizado por primera vez (y nunca mejor dicho) dentro de nuestras fronteras, tiempo más que suficiente para que los críos los conozcamos sobradamente, y los adoremos a rabiar: ¡¡¡son los increíbles Superhéroes Marvel!!!
Es entonces cuando, aprovechando el enorme tirón que estos personajes tienen entre los más jóvenes, la empresa de bollería Cropán hace una jugada maestra: en un acuerdo con Vértice saca a la calle, al precio de 10 pesetas, un precioso álbum titulado "Descubre a tus Héroes Fantásticos".
En la portada podemos ver al
Capitán América en primer plano, seguido un poco más atrás por
Thor,
Spiderman,
El Hombre de Hierro y
Dan Defensor (sí, estos últimos son conocidos por tales nombres castizos, y a todos nos parece de lo más "chachi").
En cada pastelito
Cropán viene un
cromo plástico (que por cierto, huele a chocolate que alimenta), y nos hacen falta nada menos que
80 para completar la colección.
Como curiosidad: resulta que el álbum es reversible, y por el otro lado va de
Wickie el Vikingo (que oye, por 10 pesetas tampoco está nada mal, ¿no?).
Los personajes de la colección son (aparte de los citados de la portada) los que más o menos todos podemos imaginar, tales como
Los Cuatro Fantásticos, los mutantes de la era de
Lee y
Kirby (no,
Lobezno aún no es
"el más guay"),
Ka-Zar,
el Motorista Fantasma,
Ojo de Halcón,
Hércules,
Pantera Negra,
Hombre Gigante,
Nick Furia,
Doctor Extraño,
Namor,
La Masa (sí, otro nombre bién castizo),
Conan,
Red Sonja,
Powerman,
Shang-Chi,
Puño de Hierro (estos dos porque
Bruce Lee es lo más en este momento),
El Castigador,
Estela Plateada,
Capitán Marvel, etc.
Por otro lado, los mejores supervillanos de cada uno, léase aquí
El Duendecillo Verde (jo, que nombre más "cuqui", ¿no?),
Doctor Muerte (con la armadura...¡dorada!),
Magneto,
Loki,
Galactus (este también con unos colores bastante raritos),
Hombre titanio, etc.
En definitiva, un pequeño gran tesoro salido del pulso firme de nuestro admirado López Espí.
Por cierto, si alguno de vosotros no aproveha este viaje en el tiempo para coleccionarlo, he de preveniros que hasta el año 2000 una editorial que se llamará Fórum no lo reeditará en un precioso librillo titulado "Galería de Personajes Marvel".
Pero eso sí. Con dos grandes inconvenientes: habrá algunas faltas por carecer de los derechos de reproducción, y lo que es peor...¡¡¡ya no olerán a chocolate!!!