Hoy el mundo del celuloide se queda un poco más huérfano. Sí amigos: ha muerto Sean Connery. El primer James Bond; un inolvidable Robin Hood; el Guillermo de Baskerville de El nombre de la rosa; el mismísimo padre de Indiana Jones, o incluso el Rey Arturo (por citar sólo algunos de los muchos papeles memorables que interpretó a lo largo de su extensa carrera).
Aunque el actor, por decisión propia, llevaba varios años alejado del mundo de la interpretación, es difícil definir con palabras el enorme vacío que deja en la profesión. Una profesión de la que, sin duda alguna, fue uno de los últimos GRANDES. Así, con mayúsculas.
Por eso no puedo decir nada más. Porque en estos casos las palabras son huecas, y en modo alguno hacen justicia al legado de un gigante, y a la tristeza que provoca su partida.
D.E.P.
Grandísimo actor que por desgracia se dejó seducir por el Hollywood más comercial y anodino en los últimos años de su carrera, donde no se encuentran, por lo general, sus mejores trabajos. Para mí su mejor momento fueron las décadas de los 60 y 70 con películas como "Marnie, la ladrona", la saga de James Bond, "El hombre que pudo reinar" "Robin y Marian", y tantas otras.
ResponderEliminarSeguro que sabrás que no fue literalmente el primer James Bond (lo fue Barry Nelson para la TV), pero sí fue el primero de la gran pantalla.
Todo un grande, D.E.P.
ResponderEliminarSe nos fue el James Bond por antonomasia. Sabías que en su época muchos gadgets del 007 los tuvieron que inventar realmente para que fueran creíbles en pantalla?
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