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domingo, 10 de mayo de 2020

PENNY DREADFUL: CIUDAD DE ÁNGELES


Cuatro años después del inesperado final de Penny Dreadful –un final que dio mucho que hablar, pues, mientras que sus creadores aseguraban que estaba perfectamente orquestado y decidido, a muchos fans nos pareció una cancelación repentina que dejó la historia básicamente inacabada– la franquicia resucita con Penny Dreadful: Ciudad de ángeles, un spin-off a primera vista bastante diferente del espacio que protagonizaron Eva Green, Timothy Dalton y compañía.

Del neblinoso Londres decimonónico damos un salto en el tiempo a la soleada Los Ángeles de 1938, donde el protagonista, el detective chicano Tiago Vega (Daniel Zovatto) y su compañero Lewis (Nathan Lane) deberán resolver un macabro crimen aparentemente relacionado con el culto a la Santa Muerte mexicano mientras agentes nazis conspiran contra el gobierno estadounidense y buscan alianzas con políticos corruptos del país, todo ello a la vez que una misteriosa criatura de aspecto femenino (Natalie Dormer) y que adopta varias personalidades intenta sembrar el caos y alimentar los enfrentamientos y el odio en la ciudad en la que transcurre la serie.

A priori, no parece haber mucha relación entre esta nueva creación de John Logan y la que nos ofreció unos años atrás, si exceptuamos, por supuesto, su presencia, y ese entorno ominoso que parece preludiar algún tipo de apocalipsis que va a asolar a la humanidad y que, estando ambientada la serie en la época en que está, es fácil vaticinar como la II Guerra Mundial (amenaza, además, de nuevo, encarnada en una mujer). También repite el actor Rory Kinnear, aunque en un papel diferente al de la primera Penny Dreadful (allí era el monstruo de Frankenstein, mientras que aquí es un refugiado alemán), así como algunos directores, como es el caso del español Paco Cabezas.

Con dos de los diez episodios de los que consta la serie emitidos en el momento de escribir esta reseña, es todavía demasiado pronto para decidir si este spin-off se aprovecha de su predecesora para vendernos un producto que poco tiene que ver con aquella o de si, por el contrario, el señor Logan nos sorprenderá hilvanando ambas de alguna forma. En cualquier caso, un servidor hubiera preferido la continuación de la antigua Penny Dreadful antes que esta variante. Dado el carácter fantástico de su historia, no sería aún muy difícil recuperarla sin llegar a extremos creativamente estrambóticos.