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jueves, 24 de enero de 2019

CREED 2: LA LEYENDA DE ROCKY

Cuando fuí a ver Creed me llegué a preguntar si su condición de secuela, remake, spin-off y reboot haría que una hipotética continuación pasará por los mismos terrenos de la saga original (o sea, haciendo ahora una variante a Rocky 2) pero tengo que reconocer que me sorprendió cuando me enteré de que se hacía un salto cuantitativo, y es que Creed 2 (que ya sería la octava película de la saga Rocky) sería en si una secuela de Rocky 4. En aquel film se hacía toda una oda a los Estados Unidos en las postrimerias de la Guerra Fría, en el cual Rocky Balboa (papel siempre a cargo de Sylvester Stallone) combatía contra Ivan Drago (Dolph Lundgren), este en representación de la Unión Soviética, funcionando no solo como una exaltación patriótica sino por la revancha de Rocky contra el mencionado Drago, que en un combate previo había matado al boxeador Apollo Creed (Carl Weathers), inicial rival y posterior amigo de Balboa.

Si en la anterior entrega era el hijo de su amigo quien le pedía que le entrenara, en esta tanto uno como otro se verán en un combate con mimbres mucho más personales: Adonis Creed se enfrentará a Viktor Drago, el hijo del responsable de la muerte de su padre en el ring, lo que volverá a reunir el destino de los contrincantes de Rocky 4, ahora como entrenadores del hijo de su amigo y del suyo propio. Y con eso ya tenemos esta secuela, que mantiene el mismo subtítulo de la anterior.

Pero si tan solo fuera eso (aunque en si SÓLO es eso) la película resultante duraría poco más de 90 minutos, que de hecho sería lo que dura la cuarta entrega de esta franquicia que he citado antes. Pero aqui le ocurre como a su predecesora y se superan sin necesidad las dos horas de metraje, cuando tanto su esquema como su estructura son bastante predecibles no sólo teniendo en cuenta la saga de la que nace sino también el desarrollo de la misma. Pese a ello en este caso la historia juega sobre seguro, ya que (sea mejor o peor, eso va según los gustos de cada uno) la cuarta entrega de Rocky sería una de sus secuelas más recordadas, aunque sólo sea por los excesos patrióticos que se mascan en su desarrollo o por tener al contrincante más emblemático contra los que ha peleado Balboa, sirviendo como ejemplo del cine que había en esos años ochenta del pasado siglo, ahora tan recordados con cariño y nostalgia.

El problema, como he indicado antes, es rellenar todo lo que no tiene que ver con el boxeo con los problemas familiares de los dos personajes principales (Adonis Creed y Rocky Balboa), los cuales en muchos momentos sirven para desarrollar a los personajes, sobretodo en el caso del primero, de nuevo encarnado con solvencia por parte de Michael B.Jordan. Pero en muchos otros ofrecen una información del todo prescindible o extienden algunas situaciones que no daban para tanto, lo que se hace más evidente con el personaje de Stallone, más que nada porque esta es ya la octava película donde seguimos sus andanzas y algunos detalles resultan más bien repetitivos. Eso si, resulta innegable lo bien que le han sentado los años a Dolph Lundgren, que vuelve aqui a uno de sus personajes más populares sustituyendo lo lacónico de su versión de 1985 por un contrincante crepuscular que busca recuperar el mérito y el prestigio perdidos tras lo narrado en Rocky 4.

Tengo que admitir que resulta emblemática la primera escena en la que se cruzan los personajes de Stallone y Lundgren, pese a que quizás hubiera hecho falta una final en un estilo similar teniendo en cuenta como en su último tramo ocurre eso que previsiblemente todo el mundo espera (aunque insisto en la sorpresa que da Lundgren como actor teniendo en cuenta sus antecedentes con Ivan Drago, ya que lo de Stallone circula por terrenos conocidos) Pero lo mismo que la sexta entrega de la saga significó el final del ciclo sobre el ring de su protagonista, y más de uno pensó que el final de la franquicia, esta octava entrega (y segunda del spin-off) cierra de una manera acertada el ciclo de Adonis Creed, por lo que más allá de lo justificado que esté según su recaudación, resulta ahora mismo bastante innecesario pensar en un hipotético Creed 3 que no tendría mayor justificación que una reiteración por unos derroteros previsibles.
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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 25 de enero de 2019
  • Galería de posters por este enlace.
  • LO MEJOR: Teniendo en cuenta la saga de la que parte resulta un buen entretenimiento que convencerá a los fans de la misma (con la sorpresa de un Lundgren mejor como rival crepuscular que en su lacónica presentación hace más de tres décadas)
  • LO PEOR: Resulta previsible en su misma concepción (es evidente desde el inicio por donde circulará la historia) a lo que añadir una inncesaria dilatación por encima de las dos horas.

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