Admito que no suelo ser demasiado benevolente a la hora de juzgar ese tipo de "cine mamporrero" que tanto ensalzaron los Stallones, Schwarzeneggers, Seagals y Van Dammes de turno. ¿El motivo?. Pues sencillamente que nunca soporté los argumentos vacios y simplones, cuya única finalidad es el (más que evidente) lucimiento del cachas de momento. Me molesta mucho que todo se reduzca a una orgía de tortas, tiros y persecuciones de coches sin fin, donde el bueno es muy bueno, el malo, malísimo, y sanseacabó.
Aún así, he de admitir que en raras ocasiones este subgénero también es capaz de ofrecer algún producto más o menos interesante (como la saga que hoy nos ocupa), si bien es cierto que ésta sólo recoge algunos de los elementos anteriormente citados, huyendo -por fortuna- de ciertos clichés que se me atragantan hasta lo indecible. Quizás eso es lo que la salva a mis ojos: la capacidad de profundizar un poco más que otras en el drama humano de su protagonista, lo que me lleva a empatizar con él casi desde el minuto uno de metraje. Sí, señores: estoy hablando del archiconocido Rocky de Silvester Stallone.
Rocky (1976):
La película, estrenada en 1976, fue escrita y protagonizada por Stallone y dirigida por John G. Avildsen. Narra la búsqueda del sueño americano por parte de Rocky Balboa un italo-estadounidense de clase baja que recauda deudas para un prestamista de Filadelfia.
Rocky conoce en una tienda de animales a una joven, extremadamente tímida, llamada Adriana. Es una chica soltera con muchas dificultades para entablar relaciones con los hombres o con cualquiera. Rocky trata de entablar amistad con ella, pero la joven no le presta mucha atención por su misma seriedad. El hermano de Adriana, Paulie, que trabaja en una empresa de embalaje de carne, se sorprende gratamente al ver que alguien se ha interesado por su hermana, así que invita a Rocky a su casa para que este convenza a Adriana de que salga con él.
Rocky también tiene talento para el boxeo y no tarda en presentársele la oportunidad única de combatir por el título de los pesos pesados contra Apollo Creed, el indiscutible campeón mundial, dado que McLee Green, que iba a ser su rival, se ha roto la mano. El reparto de la película se completa con Talia Shire como Adriana Pennino, Burt Young como Paulie (el hermano de Adriana), Burgess Meredith como Mickey Goldmill (su carismático entrenador) y Carl Weathers (otro habitual del cine de acción) como Apollo Creed, el citado campeón mundial y rival de Rocky.
Rodada en sólo 28 días y con un presupuesto bastante modesto, 1,1 millones de dólares, la película se convirtió rápidamente en un enorme éxito; recaudando más de 117 millones de dólares sólo en Estados Unidos, ganando tres Premios Oscar (incluyendo mejor película) y lanzando a Stallone de manera inmediata al estrellato. Lógicamente, tamaño éxito originó una franquicia con un buen puñado de secuelas, que paso a analizar también a continuación.
Rocky II (1979):
Sólo tres años después del enorme éxito de Rocky llegó su esperada secuela, y la verdad es que tampoco se rompieron demasiado la cabeza a la hora de ponerle un título. Se llamó Rocky II.
En la que se iba a convertir en la marca de fábrica de la franquicia Rocky, Rocky II empieza justo donde acaba la primera. Después del combate, que ha ganado Apollo, los dos púgiles son llevados en ambulancia al hospital, y coinciden nuevamente en Urgencias. Apollo está enfadado con Rocky por haber estado a punto de ganarle y reclama otra oportunidad para vencerle una vez más, pero esta vez por KO. Rocky rechaza el combate y le dice que se va a retirar.
Así, el ex-boxeador de Philadelphia disfruta de su efímera fama después de estar a punto de derrotar al campeón mundial de los pesos pesados Apollo Creed. Las ofertas publicitarias para el anuncio de productos no van bien debido a la limitada educación y falta de sofisticación del púgil. Por ello, y debido a la falta de dinero y al embarazo de su mujer Adrian, Rocky acepta la demanda de revancha del "casi derrotado" Creed.
Los protagonistas fueron, una vez más, Stallone, Carl Weathers, Burguess Meredith, Burt Young y Talia Shire, repitiendo -como no- los mismos papeles que en la película original.
Siguiendo la estela de la primera -aunque sin llegar a superarla-, sin duda es, después de aquella, la mejor de la saga. Fue dirigida por Stallone.
Rocky III (1982):
Tras haber defendido el título diez veces, el campeón mundial Rocky Balboa ha decidido retirarse. Sin embargo Clubber Lang (Mr. T, el famoso M.A. de El Equipo A), un boxeador muy agresivo que ha ido escalando puestos a base de destrozar a sus rivales, desea arrebatarle el título. Pese a la negativa de Rocky, Clubber consigue provocarle para que acepte el desafío, y esta vez el resultado del combate se presume bastante incierto...
¿Qué queréis que os diga?. Emocionalmente quizás se hace un poco menos intensa que sus predecesoras, si bien probablemente sea la más icónica de la saga. Y es que conviene recordar que aquí fue donde sonó por vez primera el celebérrimo Eye of the tiger. El caso es que Stallone quería desmarcarse de la música que había formado parte de sus dos anteriores películas, y que estaba formada por temas bastante conocidos. En esta ocasión supo ver que era el momento de adueñarse del mercado joven, y para eso necesitaba a un grupo moderno como Survivor. Todo un acierto la cancioncita de marras (con deciros que hasta un servidor la ha llevado más de una vez en MP3 al salir a hacer footing...).
Dirigida también por Silvester Stallone.
Pese a la semejanza, no debemos confundir Rocky III con ésta... |
Rocky IV (1985):
Rocky es ahora un campeón aclamado que vive en su mansión y no tiene duda de que es el número uno, pero esta tranquilidad se ve opacada cuando una compañía rusa le propone una pelea contra su novato Ivan Drago (Dolph Lundgren), un boxeador que a base de anabolizantes y otras sustancias tiene golpes mucho más poderosos que cualquier otro boxeador. Rocky se muestra indiferente ante el reto, pero cuando el retirado Apollo Creed recoge el guante del ruso (a fin de recuperar parte de su otrora imagen de campeón), y termina falleciendo en el intento, Rocky sube a la lona y jura con el cuerpo sin vida de su amigo en brazos que se vengará. Y así acepta una pelea no autorizada contra el soviético, en su tierra y bajo sus condiciones.
Esta entrega, aunque muy espectacular, contó con el inconveniente de realizarse en el peor de los momentos, en los cuales Stallone se dejó llevar por las tendencias políticas del momento. Así podemos resumir que Rocky IV es un artificioso video clip propagandístico de las consignas políticas que intentaban vender los norteamericanos en la decadente guerra fría contra los rusos. Es por ello que el atropellado montaje concluya con un ridículo y vergonzante discurso moral que abre los ojos a unos despistados rusos trazados de la manera más torpe y fugaz como unos fríos y sumisos individuos de su cruel régimen, en contraposición del glorificado y cálido hogar norteamericano. Probablemente eso sea lo más criticable de la cinta: el maniqueo patriotismo exento del menor viso de objetividad. Aún con todo, como digo, la historia es bastante entretenida.
Como anécdota, también cabe mencionar la participación en el film de quien por entonces acababa de convertirse en la esposa de Stallone en la vida real: Brigitte Nielsen.
Rocky V (1990):
Rocky vuelve de la Unión Soviética (tras su pelea contra Ivan Drago) para encontrarse con que ha perdido casi toda su fortuna. Además, el boxeo le ha dejado ciertas secuelas que fuerzan su retiro. Para lograr salir de la bancarrota Rocky subasta sus cosas materiales y le jura a su hijo que lo va a recuperar todo como el equipo familiar que son. Sin más opciones, los Balboa vuelven a su antiguo barrio y a vivir de nuevo en la antigua casa de su mujer con pocos recursos. Un boxeador, llamado Union Cane, gana el título vacante.
Las cosas empiezan a cambiar cuando un joven luchador, de un pequeño pueblo de Oklahoma, Tommy Gunn, le pide ayuda a Rocky para intentar ser el nuevo campeón. Aceptar al joven luchador como pupilo tiene una doble consecuencia para Rocky. Por un lado encuentra un nuevo sentido a su vida. Pero por otro lado empieza a prestar cada vez menos atención a su hijo, que se irá volviendo cada vez más retraído y arisco. Rocky se da cuenta de que tiene potencial y decide ayudar a Tommy.
La película recaudó 16 millones de dólares en su primera semana y 40 en total (con un presupuesto estimado de 42 millones) en Estados Unidos, aproximadamente un tercio de su inmediata predecesora. Fue considerada un fracaso en la taquilla y en la crítica. Poco más que decir de esta quinta entrega en la que si se hubieran esmerado en enfocarla desde un punto más humano y menos comercial, habrían ganado mucho más.
La curiosidad es que el papel de hijo de Rocky fue interpretado por Sage Stallone, su hijo en la vida real, recientemente fallecido.
En esta ocasión la dirección recayó nuevamente en John G. Avildsen, que ya dirigiera el Rocky original.
Rocky Balboa (2006):
Rocky Balboa, ex campeón del mundo de los pesos pesados, lleva décadas retirado del boxeo tras su grandiosa victoria en Moscú, frente al gigantesco campeón amateur ruso Ivan Drago. Tras haber perdido a su gran amor, Adrianna Pennino, a causa de un cáncer, no puede parar de pensar en todo lo que vivió junto a ella a lo largo de toda su vida. Todavía habita en el viejo barrio que le vio crecer. A pesar de lo mucho que el mundo ha cambiado, él sigue siendo el mismo tipo. Es el dueño de un restaurante italiano con el nombre de Adrianna's, donde la gente acude principalmente para oírle contar anécdotas durante la comida. Su hijo ha alcanzado ya la edad adulta, y, a pesar de los triunfos de su padre, se avergüenza de él.
Sin embargo, no quiere que sus últimos años de vida sean los de un antiguo campeón ya olvidado. Se siente vacío, como un "guerrero sin guerra", por lo que solicita de nuevo la licencia para boxear. Tras superar las pruebas médicas, se le niega la licencia en un principio, aunque finalmente se acaba aceptando su petición. Su deseo es crear un centro juvenil para entrenar a jóvenes aficionados al boxeo.
En esta tardía secuela (estrenada 16 años después de su predecesora Rocky V), Stallone vuelve a ponerse tras las cámaras, logrando un éxito tanto de taquilla como de crítica. La película se tiene que disfrutar como un mero cierre de saga decente y por lo tanto una simple curiosidad, aunque recomendable e imprescindible para los nostálgicos. Un poco chocante, por artificioso, el careto del prota (¡ay, ese Botox y ese bisturí...!), pero bueno. Se le perdona.
Resumiendo, amigos: una saga de seis partes que, aún con sus lógicos altos y bajos, en general tiene una calidad bastante considerable. Yo la recomiendo sin duda alguna.
Y no se me ocurre mejor manera de cerrar este artículo, que dejaros en compañía del archifamoso Eye of the tiger de Suvivor (sinónimo indiscutible de Rocky entrenando como un berraco):
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