Hoy tengo el enorme placer de traeros otra entrevista con uno de los nombres más destacados de la historia de la ilustración en España (y parte del extranjero), ya que aparte de haber trabajado mucho en nuestro país, ha trabajado -si cabe- mucho más para el mercado internacional. Estoy hablando del gran dibujante vallisoletano Jesús Redondo.
Jesús, con la amabilidad que lo caracteriza, me ha atendido por teléfono en un par de extensas conversaciones respondiendo a todas y cada una de las cuestiones que he querido plantearle, y no me cabe la menor duda de que tal y como a mí me ha sucedido, encontraréis sus respuestas realmente interesantes.
Y ahora, sin más dilación, os dejo ya con la entrevista (os advierto que es bastante larga, aunque no tiene desperdicio):
TMB: Bueno Jesús, antes de nada permítame decirle que es un honor que me conceda esta entrevista, ya que leí muchas cosas suyas cuando era un crío.
JR: Oye, Jonathan, como vayas a seguir tratándome de usted no te concedo la entrevista.
TMB: (risas) Perdona hombre, es la costumbre. Intentaré tutearte. Pues dime, Jesús: el dibujante... ¿nace o se hace?
JR: Yo diría que no podríamos tener jarrones de arcilla si no existiera la arcilla. El escritor, el pintor, el músico etc., nace. No lo dudo ni un instante. Ahora bien: una cosa es que nazcas, y otra es que lo cultives. Yo he sido profesor de dibujo en algunas ocasiones, y en cuanto veía a uno, a otro, y al de más allá, me decía: "este podrá hacer algo, éste no hará nunca nada, imposible". Los hay que... ¡caray!, empiezan a empujar, empujar, empujar y descubren un nuevo mundo que ellos intuían, que sospechaban que estaba latente en ellos, y esos, van. Luego serán mejores o peores, pero van. Y otros... ¡bueno!, hasta cierto nivel... para hacer un dibujito que sus papás o sus abuelos le dirán: "hay que lindo lo hizo mi niña...". Y luego hay otros que ni acuden, porque al segundo día se van porque se ve que es completamente imposible.
TMB: Claro, claro. La materia prima tiene que estar ahí...
JR: Es que si no está no hay posibilidad de llegar a ningún lado.
TMB: Obviamente. La actitud hay que tenerla. Hay que tener el don, ¿verdad?. Otra cosa es que después tú lo perfecciones, ¿no?.
JR: Sí. Ese es mi pensamiento.
Jesús Redondo recibiendo un premio a su trayectoria de manos del alcalde de Valladolid, su amada tierra. |
TMB: Yo pienso exactamente lo mismo. Bueno, y adentrándonos ya un poco más en tu caso concreto, me gustaría que explicases a los lectores del blog como te formaste tú como dibujante, cuando descubriste la vocación, ya sabes...
JR: A mí, como a muchísimos otros, desde chiquitín ya me encantaba dibujar. Llenaba los cuadernos de gramática o de matemáticas (para desesperación de mi padre) más de garabatos que de cualquier otra cosa. Y aparte, ya cuando fui ligeramente mocito le dije a mi padre: "la culpa la tienes tú, que dibujas muy bien, y a mí me gusta". Lo cierto es que mi padre era maestro y dibujaba muy bien. Le podías poner un Van Gogh, o Las Meninas y con lápices de colores copiaba maravillas. Pero genial. Muy bien, muy bien. Ahora, si le decías: "Papá, hazme... (que se yo...) un caballo". Y las pasaba negras porque no podía hacer el caballo. No sabía. De esto hay mucho.
Ahí es donde yo tropecé. Fui un indecente estudiante e iba dibujando. Surgía una ocasión por aquí... fui con un amigo que durante un tiempo llevó un cinefórum y le hacía los carteles. Cada vez iba abundando más y haciendo más dibujos. Siempre, desde niño, dibujando. Así durante mucho tiempo, hasta que me dije: "Bueno. Hasta aquí. Voy a buscar un trabajo". Y ese trabajo... ¿aprovechando mi carrera (Profesorado Mercantil)?. Pues no. Aprovechando que dibujaba, busqué un trabajo de eso... ¡y lo conseguí!. Así que desde niño he ido alimentando esa pasión (porque no puede llamarse afición, sinó pasión) y hasta hoy.
TMB: ¡Bonita pasión!, ¿eh?
JR: Sí, creo que sí. Y además creo que la inmensa mayoría de los dibujantes de cómics no sólo lo hemos hecho porque nos ha resuelto de una manera mejor o peor la vida, sinó porque nos gusta. Nos gusta dibujar y especialmente considerando el cómic como otra rama del dibujo. A mí me apasionó. Yo leía tebeos como un loco. Me encantaba. Y digo leía, porque yo considero que el cómic, el cómic bien hecho, naturalmente (y sin despreciar ningún tipo de cómic, ¿eh?), vamos desde digamos Mortadelo hasta... que sé yo...
TMB: ¿Manga quizás, incluso?
JR: ¡Al manga ya me cuesta entrar!. Alguno sí me gusta, ¿eh?, pero...
TMB: Pues otra vez vuelvo a coincidir contigo. Soy un coleccionista bastante compulsivo, tengo tanto americano, como europeo, como español... vamos, que tengo una buena inversión en cómics, y te puedo asegurar que aún con todo no tengo un sólo manga en mi colección. ¡Curioso!
JR: Yo tengo dos o tres cosillas por ahí, pero sólo como mera curiosidad. Aunque tampoco soy coleccionista. Yo me entero de lo que hay, incluso por tí. Me dices: "¿has visto o leído tal o cual cosa?. Te la recomiendo". Y procuro encontrarla, y si me gusta a mí también, pues oye, me la compro. Pero no colecciono. Es decir, veo una cosita que me gusta, y han salido pues veintisiete ejemplares de esa colección, y cojo dos o tres. Y es que por otro lado, ¡pues claro!, después de tantísmimos años, te soy sincero, ahora me cuesta mucho comprar un libro. Porque no tengo donde ponerlo. Mi mujer está negra conmigo, en tres dormitorios, por lo menos la mitad de los altillos de los armarios son míos. En un pequeño cuarto de estar, el altillo grande que hay también está para mí. Luego mi cuarto, que no es muy grande, pero bueno, un armario lo tengo lleno. Son libros de todo tipo, pero entre ellos un ochenta por ciento es cómic.
TMB: Pues al final te voy a llevar la contraria y te diré que un poco coleccionista sí eres...
JR: (risas) Sí, me parece perfecto además. Y te decía antes lo de leer un cómic... mira: yo ya he explicado en alguna ocasión con anterioridad, que incluso ante Fernando García de Cortázar, el historiador, académico, premio nacional, etc, (que luego nos hicimos amigos), yo defendí el cómic como lo veo yo, y le dije: "casi he inventado una palabra: veedor". Ya sabes, esos señores que se dedican a ver previamente los toros que luego el maestro tiene que torear, y le dicen: "pues cojea un poco, o derrota más por la derecha que por la izquierda...", ¡no lo sé!, porque tampoco entiendo mucho de toros, pero eso el el veedor. Y yo le explicaba (a Fernando): "Para mí el cómic es eso. Más que leerlos es verlos. La primera vez, cuando por cualquier circunstancia compras un cómic, lo lées y lo ves. Y te ha gustado. Y no te deshaces de él y lo guardas. Entonces hay una segunda vez, a los tres días o a los tres meses (si te ha gustado casi seguro que será más bien a los tres días), y lo vuelves a leer y lo ves, y sigues guardándolo. La siguiente vez casi no lo lées, pero lo ves. Y la cuarta, quinta, sexta, séptima o... qué sé yo... ¡vigésima vez!, ya no lo lées: sólo lo ves. No lo lées porque te lo sabes, y entonces ahí, en esa esquina... ¡mira!: acabo de descubrir... ¡anda el demonio!, no me había fijado que esta composición, si la cambias, perdería el ritmo o tal... Para mí, ese es el encanto que tiene el cómic. Y por eso yo le decía: "los aficionados son veedores, porque lo leen una o dos veces (tres ya es difícil). La próxima vez ya lo van a ver, porque lo que les enamora es (sí, por supuesto, la historia), pero el dibujo... el dibujo es el dibujo.
TMB: Lo que me estás contando, precisamente me suscita otra pregunta. A tu entender, el cómic para que triunfe, o sea, para que perdure en el recuerdo de los aficionados,... ¿de qué disciplina crées que depende más, de un buen guión o de un buen dibujo?. Aunque sean absolutamente complementarios... ¿cual te parece qué es más imprescindible que no falle en calidad?
JR: ¿Para mí?, el guión. La historia.
TMB: Veo que en ésto me respondes muy rotundamente, que no dudas...
JR: No, no. En absoluto. Porque yo tengo algunas cosas con unos dibujos buenísimos, pero las tengo por eso, porque el dibujo es bueno. Pero hay otros... ¡oye!, que te enganchan (y ya si además tienen buenos dibujos...), ese va a ser el cómic que va a guardar todo el que lo compre. Sin duda ninguna. Y hay otros que sí, que son historias magníficas (y muchos los guardarán aunque no tengan buen dibujo). Pero si sólo es buen dibujo, y un guión indecente, eso no va a ir adelante. Es mi opinión, ¿eh?.
TMB: Que bonito, ¿verdad?, esas ocasiones donde podemos encontrarnos una de esas Obras Maestras donde son maravillosas las dos ramas, ¿eh?
JR: Por supuesto. No hay como gozar de una buena complementación de un guión y un dibujo en perfecta simbiosis. Y luego, con eso en la mano, defender ante tantísimo ignorante como hay la calidad inmensa que tiene este medio de comunicación.
TMB: Y que es tan denostado muchas veces, ¿verdad?
JR: Sí. Muchísima gente dice con desdén: "¡Bah, un cómic!". Y te quedas mirándolo así y pensando: "¡Pero será majadero!" ¡si no sabe lo que está diciendo!
TMB: Sí, sí. Cuanta gente en este país lo trata como un producto meramente infantil, de consumo rápido y que no merece la más mínima consideración...
JR: Es el concepto que quizás pueda haber de ese famoso lector japonés que compra el manga para leerlo en el metro y después lo tira. Pero es que eso ya está hecho ex profeso para ser usado (y utilizado) de esta manera. Pero hay otros cómics, que no. Hay gente (y fíjate lo que te digo), que pese a los editores ha hecho un buen cómic. Y este cómic va a perdurar, porque te hace tener entre tus manos una obra de arte. Y si ibas a hacerme la pregunta ya te la anticipo: yo prefiero lo impreso a lo digital. Tenerlo en mis manos es un placer... ¡tan grande!, que lo digital (pese a todas sus virtudes) nunca será lo mismo.
TMB: Completamente de acuerdo contigo. Oye, y volviendo una vez más a tus inicios... ¿recuerdas cual fue tú primer trabajo profesional?
JR: Ni puñetera idea (y perdona lo de puñetera). No me acuerdo. Lo que sí te puedo decir es que fue para Bruguera, y creo que era algo romántico, pero no tengo excesiva idea.
El caso es que yo, al principio, cuando quise empezar a trabajar "de esto" me fui a Madrid y busqué lo que pensé que sería más fácil para mí. ¿Aquí hay una agencia de publicidad?, aquí entro. Ya buscaría otras cosas después. Así entré en la Agencia de Publicidad Cid. Al cabo de un año y pico, el jefe del estudio que se llamaba Bayo (dibujaba cómics también) se marchó, y en la agencia me dijeron. "Oye, ¿quieres quedar tú de jefe del estudio?", y les dije que sí.
Algún tiempo después me casé, y el mismísimo día de mi boda recibí un telegrama de Barcelona que decía: "Ven a verme cuando puedas. Señora Mora". Y yo me dije: "¿Y esto qué puñetas es, si yo con Barcelona no tengo ningún trato?". Entonces lo que hice, al día siguiente, fue telefonear a gente del estudio y les dije: "Oye, tenéis idea de qué es esto?" (yo pensando que sería alguna cosa de la agencia), y entonces me dice uno de los rotulistas: "Ay, Jesús, es que de los muchos dibujos que tu haces aquí he mandado a Editorial Bruguera unos cuantos, y les di tu dirección". Entonces cogí los bártulos y desvié un poco el viaje de novios y me fui a Barcelona. Y esta Señora Mora resulta que era... ¡la mujer de Víctor Mora! (creador de El Capitán Trueno).
TMB: Armonía.
JR: Armonía, efectivamente.
Armonía Rodríguez y Víctor Mora |
TMB: Sí, aún hablé con ella el otro día. Encantadora... pero no deja de sorprenderme que me digas que la comunicación te la envió ella. Entonces... ¿Armonía tenía cierto peso en la editorial, no?
JR: Ya lo creo que sí. Armonía tenía una voz muy fuerte dentro de Bruguera. Y me eligió a mí, aunque como editaban tantísimo, cualquiera que dibujara y les pidiera trabajo, se lo daban, y digo cualquiera porque entonces yo era muy malo.
TMB: Bueno, permíteme un inciso. El propio Víctor Mora ha explicado que, cuando a principios de los 50 él fue a pedir trabajo a Bruguera también presentó pruebas como dibujante, y parece ser que sólo interesó como guionista. De modo que no te discuto que entonces tuvieran un filtro bastante ancho para admitir dibujantes, pero como ves tampoco fichaban a todos.
JR: Sí, es cierto. Víctor quiso empezar como dibujante, pero... (risas). Ahora bien: te diré que considero que hoy en día yo mismo no entraría en ninguna editorial con aquella calidad, pero claro, tenía un mínimo digno, tenía un "algo"... ¡Total!, que a mí Armonía me lo propuso y yo dije: "¡Venga, vale!, Voy a hacer cómic". Bueno, lo que son tebeos, vamos, porque entonces aquí, lo de cómic, nada.
TMB: Oye, vaya lujazo, ¿eh?... ¡Bruguera! una editorial hoy considerada mítica, aún con todas sus luces y sombras (que de ambas hubo, ¿verdad?).
JR: Muchísimas sombras... ¡muchísimas!. Bueno, ¡total!, que firmé un contrato con Bruguera, y como tenía un pisito aquí en Valladolid, dejé la agencia de publicidad en Madrid y me vine para acá. Y ese fue el comienzo de mi profesionalidad. Ahora, qué es lo que dibujé... pues no me acuerdo.
TMB: Pero, tú para Bruguera... ¿siempre trabajaste desde Valladolid, nunca estuviste afincado en Barcelona?
JR: No, no. Probablemente si me hubiera afincado hoy seguría viviendo allí.
TMB: ¿Entonces trabajabas mediante envíos por correo?
JR: Efectivamente. Ya en Correos me conocían. Y también me pagaban por giro postal. Cada vez que tocaba cobro venía un cartero y me pagaba mis páginas y yo solía dejarle una propina bastante buena.. Una vez, posteriormente, un funcionario de Correos me confesó que cuando se trataba de venir a entregarme el giro se sorteaban entre ellos (los carteros) a ver a quien le tocaba, porque nadie daba las propinas que daba yo.
TMB: ¿Llegaste a visitar físicamente la editorial alguna vez?
JR: Sí, sí. Incluso me hice (hasta donde las circunstancias lo permitían) amigo del Sr. González. (se refiere a Rafael González, el mítico Director Artístico de Bruguera).
El controvertido Sr. González |
TMB: ¡El "famoso" Sr. González!, ¡mira que no se ha hecho "legendaria" su figura ni nada!. Siempre hablan todos de él con una mezcla de rencor, respeto y admiración. Incluso hay quien dice: "Es que Bruguera era él".
JR: Sí, completamente de acuerdo. Sin González, Bruguera no hubiera llegado a donde llegó. De ninguna manera. Es más, cuando este señor lo dejó, Bruguera ya empezó a tambalearse. Era un señor que sabía mucho de esto. Sabía manejar a la gente muy bien. Tenía un látigo extraordinariamente efectivo y su labor era pagar lo menos que podía y exigir un montón. Fíjate que mi "amistad" con él surgió después de una bronca. Tuve un broncazo con él por teléfono de muchísimo cuidado. Me quedé muy a gusto soltando todo lo que tenía que soltar, y al final el señor lo reconoció y me dio todo lo que yo decía. En una visita a Barcelona llegamos a tener charlas incluso "íntimas"... y te diré que creo que en lo personal fue un señor muy desgraciado. En cuanto a lo profesional, eso sí: sin él, Bruguera no hubiera llegado tan alto. Luego aquello se masificó de tal manera, fue tan grande Bruguera -en producción-, que no había dibujantes, a pesar de todo. No daban a basto, y tú ya habrás oído las salvajadas que hacían: con fotocopias, con pegar por aquí, quitar por allá, montar en un sitio, quitar en el otro... y luego, incluso, muchas cosas las coloreaban en la imprenta... pues el último mono de la imprenta. Decía. "Aquí rojo, aquí verde y tira, ¡ála, para adelante!, el caso es que salga..."
TMB: Sí. En plan industrial totalmente...
JR: Sí. Absolutamente.
TMB: Bueno, y volviendo a lo tuyo...
JR: Sí. Hice muchas cosas, de As de corazones, de Celia, de Sissi... al principio mucho romántico.
TMB: También a partir de 1971 trabajaste en la colección Historias Selección (que por cierto solía venir con portadas de Antonio Bernal, precisamente mi anterior entrevistado), e incluso dibujaste el número 70 de la mítica colección Joyas Literarias Juveniles, en concreto Oliver Twist.
Redondo dibujó Oliver Twist. La portada es de Bernal |
JR: Efectivamente. Y no lo tengo, porque como sabrás, Bruguera destruyó miles y miles de originales. Llegó un momento que tenían tantísimo material, que para hacer sitio dijeron : "A la basura con todo".
TMB: ¡Pero eso es una auténtica aberración!. Tanto en lo económico (lo que valdrían hoy) como en lo sentimental.
JR: Pero miles, ¿eh?. Miles, y miles, y miles. También vivíamos en un mundo en que el... ¡mira!, a mí lo que me preocupaba era vivir. Con mi mujer, mis hijas (cuando las he ido teniendo), y del resto me preocupaba muy poco. Yo hacía mi trabajo, lo mandaba y fuera. Y como yo, hacía mucha gente. Absolutamente tontos e irresponsables, y no nos preocupábamos de reclamar nuestro dibujo, nuestra páginas... fíjate lo que serían todos esos dibujos magníficos y sobre todo el tipo de historias -que eran fenomenales muchísimas-, ¡lo que serían esas miles de páginas hoy en día!
TMB: Sí. ¡Para hacer un museo!
JR: Para hacer diez museos, creo yo. ¡Sería impresionante!. Pero claro, ya te digo, la mayoría de nosotros ni sabíamos que teníamos aquel derecho (si es que entonces existía).
TMB: Es que me estás diciendo prácticamente lo mismo que me dijo el otro día Antonio Bernal...
JR: Sí, somos más o menos de la misma época, y aparte de inconscientes no conocíamos estos derechos que podíamos tener. Pero luego resulta que cuando pasa el tiempo llegas a decir: "Este dibujo es mío". Y no te hablo sólo de Bruguera. Te hablo de Londres. Te hablo de Holanda. Incluso Estados Unidos, aunque allí la cosa ya era un poco distinta, porque sabes que ellos tienen una persona que hace el dibujo a lápiz, otra que pasa la tinta, otra que da el color... y luego -muy caprichosamente- de 22 páginas, pues a lo mejor le dan 14 al dibujante a lápiz, al entintador le dan 5 ó 6, y al colorista pues otras 2 ó 3.
TMB: ¿Me quieres decir que quizá en España el dibujante solía hacerlo todo, lápiz, tinta...?
JR: Sí. Absolutamente todo. Incluso el color... normalmente no se trabajaba en color directo, hacíamos por un lado la tinta, y por la parte de atrás, en el anverso de la página, dábamos el color.
TMB: Lo sé, lo sé. Ya en la entrevista que le hice a Gago Quesada, el hijo de Manuel Gago, éste me comentaba como siendo un crío ya ayudaba a su padre dándole color al reverso de sus portadas.
Oye, Jesús, y ya para terminar con el tema Bruguera... cuando en el año 86 se produjo su cierre definitivo, tras la suspensión de pagos, etc... que desgracia, ¿verdad?, para el mundo de la cultura en España...
JR: Muy grande, porque mira: todos nosotros -excepto cuatro monstruos sagrados- (ya que después esto se ha ido reduciendo) hemos acusado bastante la falta de trabajo. Entonces teníamos proyectos. Yo abría mi cajón y tenía seis ú ocho guiones esperándome. Hoy abro mi cajón y tiene telas de araña muchísimas épocas del año. Aquel tiempo, el de Bruguera, fue feliz. ¿Por qué?, porque a mí Bruguera jamás me hizo una faena. Es decir: me pagaban bien, tenía un trato cordialísimo con todo el mundo, y claro, para mí era una tranquilidad. Incluso cuando la cosa fue a mayores y pasó a depender de Creaciones Editoriales que trabajaba para Londres... si al cabo de una temporada trabajando para ellos empezaba a flaquear un poco el asunto, llamabas a Bruguera y ya tenías trabajo otra vez. Y claro, eso era una tranquilidad inmensa. Era genial. Pero bueno, Bruguera se murió... es decir, se murió no. La mataron.
TMB: ¿Quién la mató, Jesús?
JR: Pues en parte el hecho de faltar ya el Sr. González, y después los "señores argentinos" que vinieron para acá y se dedicaron a producir a mansalva en un plan muy salvaje y muy desordenado. Muy poco comercial. Hasta donde yo sé, lo que hacían era producir, producir y producir..."¡Hala, venga, que salga!". Y salian camiones y más camiones de tebeos impresos que iban al deshecho. Ni siquiera se vendían. Y aún había quien diría "pero aquellos señores... ¡como producen!". No. Mira lo que venden, no lo que producen. Y este fue en parte el origen del fin. Ahí se relajó mucha gente, y mucha gente vivió de inflarse. Porque aquellos camiones, muchísimos de ellos, en seguida se montaban en un barco y se iban para Sudamérica, y aquel dinero se había perdido. A Bruguera aquello le había desaparecido... bueno, pues se ha ido a la basura. Porque de todas maneras seguía teniendo unos ingresos muy buenos, pero claro, aquella manera, aquella explotación, pues lo agotó todo.
TMB: Pero cuando llegaron esos argentinos creo que aún quedaba algún Bruguera (de apellido Bruguera) al frente, ¿no?
JR: Sí, sí. Yo tuve bastante amistad con el último, que ya murió hace unos años, con Francisco. Un señor cultísimo, de una conversación encantadora, un gran gourmet... pero a ver: que me perdone desde donde esté el hombre (risas), pero a mí me parece que no atendieron el negocio, que lo dejaron en las manos que no debían. Vivían muy bien, y es a lo que se dedicaron.
TMB: Y después Ediciones B se hizo con el asunto, "heredó" todo ese extenso catálogo... y hasta hoy.
JR: Efectivamente.
TMB: Pero nada que ver ya con todo lo que fue aquello, ¿eh?
JR: (Rotundo): No. Nada que ver. Pese a la tiranía y a la organización que tenía el Sr. González, el hombre vivía entregado para eso en cuerpo y alma, y lo cierto es que (a su manera) lo hacía muy bien. Sin embargo, Ediciones B no tiene una persona que ame realmente el cómic. Hay que producir una cosa, y lo único que se analiza es el rendimiento que va a dar. Nada más. Yo creo que no les interesa lanzar cómic. Hacen cosas porque sí (y para eso, pocas), porque hay que hacerlas, pero no cuidan el producto lo más mínimo. No se preocupan por escuchar lo que quiere el aficionado... y claro, luego dicen que no se venden cómics. ¡Lo raro sería que se vendieran!.
TMB: Estoy completamente de acuerdo contigo, y además te diré que es algo que siempre me pareció muy triste y muy injusto... porque esa gente no parece ser consciente de que no sólo compró un simple archivo de papeles viejos. Compró el Patrimonio Cultural de varias generaciones de españoles, para pasar -acto seguido- a condenarlo al ostracismo más absoluto... en fin, cambiando radicalmente de tema: háblanos ahora de las cosas que hiciste al margen de Bruguera, que sé que son muchas y muy interesantes... ¡si hasta trabajaste con el mismísimo Alan Moore! -para los neófitos, cabe precisar que la mayor parte de la crítica y el público mundial lo consideran el mejor guionista de cómics de todos los tiempos-. Si no me equivoco fue en una historia que se llamó The Time Machine (La Máquina del Tiempo), dentro de una revista titulada Time Twisters (Manipuladores del Tiempo)...
Jesús Redondo y Alan Moore |
JR: Hice varias. No sé si colaboré con él en siete ú ocho historias, o quizá alguna más. Yo me enteré que había trabajado con Alan Moore por Toni Guiral (somos muy amigos). ¡Lo que no sepa Toni no lo sabe nadie! (Toni Guiral es crítico, editor y guionista de cómics). Un día, hace muchos años me dijo: "¿Tú sabes que has trabajado con Alan Moore?". Y yo le dije: "Pues mira, no", y me dio algún dato... ¡y no conservo ni un puñetero original!. No se me devolvió nada desde Londres.
Cuando sacaron un recopilatorio de Moore, allí había dos o tres trabajos míos, y desde la editorial tuvieron la gentileza de mandarme un par de ejemplares. Entonces les pedí el fax de Alan Moore, porque a mí en inglés, por teléfono, me cuesta un poco. Si es "de tú a tú", aún bueno, pero por teléfono... y por eso le puse un fax. Y claro, todo el mundo dirá: "Le pedías una colaboración". Pues no. Simplemente lo saludaba y le comentaba que había visto aquel libro que habían editado, que recordaba aquellos tiempos, que como le íba, que sabía a donde había llegado, que le admiraba mucho y que le enviaba un saludo. Y no me contestó. Yo creo que una mínima educación debería tenerse. "Pues sí, Jesús, recuerdo aquellos tiempos, encantado de saludarte, hasta otro día".
TMB: Tranquilo, que no es nada personal contigo. Por lo que dicen de él, el tipo es bastante misántropo. Parece ser que siente un cierto desprecio por la raza humana en general, o sea que dicho eso, dicho todo, ¿no?.
JR: (Risas): Efectivamente, sí.
TMB: También en 1987, un año después del cierre de Bruguera, Víctor Mora (al que también tuve el placer de entrevistar recientemente) anda con los derechos de El Capitán Trueno de aquí para allá y finalmente llega a un trato con Planeta DeAgostini, para sacar nuevas aventuras (inéditas) del personaje dentro de su línea Cómics Fórum, en una coleccción que se llama Aventuras Bizarras (Serie Roja). Entonces muchos seguidores del personaje se ilusionan con el proyecto, y ven ahí el cielo abierto. ¡Claro!, con el guionista original al frente... una ocasión de lujo. Sin embargo tan sólo llegan a salir un total de 10 números. Luís Bermejo dibuja los nueve primeros y precisamente tú dibujas el último, el décimo.
JR: Fue estupendo aquello...
TMB: Sí. Fue como si se abriera una ventana y entrase un soplo de aire fresco. Algo que parecía que iba a reactivar un poquito la cosa con el que sin duda es nuestro gran personaje. Si en el género cómico el referente español es Mortadelo y Filemón, en tebeo épico es indiscutible que el referente patrio es Trueno. En resúmen: que me gustaría saber, primero como llegas tú al proyecto, y segundo, porque al final el sueño fue tan breve. ¿Qué falló ahí?.
JR: ¿Como llegué?. Pues mira: me llamó Julia Galán (la responsable de trasladar y catalogar los archivos de Bruguera en la transición a Ediciones B) y me propuso hacer una prueba para el proyecto. Entonces le hice dos o tres monigotes de los personajes principales y me fui a Barcelona. Quedamos los tres para tomar un café: Julia Galán, Víctor Mora y yo. Al principio encontré a Víctor reticente a que yo lo hiciera (se conoce que él tenía en mente a quien fuese, no lo sé, a cualquier otro). Y echaba "balones fuera". Me decía: "Bueno, sí, Jesús, tú muy bien, pero claro, es que yo...", y recuerdo perfectamente que Julia Galán pegó un puñetazo en la mesa y dijo (literalmente): "Por mis cojones esto lo hace Jesús". Y entonces Víctor dijo: "Sí, sí. Si me parece muy bien". Y le dice Julia: "¿Entonces por qué estás poniendo pegas?. Sabes que Jesús dibuja bien."
Bueno, pues lo hice (y además lo hice encantado). Pero no creas que para mí fue decir: "¡Ay, Dios, he llegado a hacer El Capitán Trueno, que maravilla!". No. Para mí era un trabajo más. No significó otra cosa.
Trueno (y amigos) según Redondo |
TMB: ¿Porque no tenías una admiración previa por el personaje?.
JR: Sí, lo conocía claro. Bueno, El Capitán Trueno, ahí está. Punto. Para mí tampoco era más. Si en toda mi vida puedo haber dibujado unas 9.000 páginas, de Trueno no sé si habré llegado a hacer 50 ó 60. Si pones junto a la producción de una persona con 9.000 páginas esas 60, pues es muy poco lo que representa. Luego, a causa de los problemas que tenía Víctor con la editorial la serie dejó de hacerse. Sí que te puedo decir que entonces me llevé un disgusto enorme, porque una vez acabado aquello me dije: "Es un personaje que se coje con facilidad". Además me anamoró Goliath.
TMB: ¡Que curioso!. No sé por qué la mayoría de los que habéis dibujado la serie tenéis predilección por Goliath...
JR: Es que es el tío genial, el distinto. Quizás el que más tiene los pies en la tierra... no lo sé.
Un dibujo "rápido" de Goliath que Redondo hizo para un aficionado |
El caso es que la cosa desapareció. Al poco tiempo hubo una carta, otra carta y otra carta (de aficionados felicitándome), de Alemania incluso... como me ha pasado después... ¡coño, que bueno debo ser!, porque he trabajado con Alan Moore, que bien debo de hacer las cosas que he hecho El Capitán Trueno (y yo no me había dado ni cuenta)... después hablé con el jefe de la editorial, que me dijo: "Sí, sí. Esto está muy bien y seguramente lo retomaremos algún día, contamos contigo", y yo le dije. "Sí. A mí me avisáis con un poco de tiempo, por si acaso, y yo por encima de cualquier otra cosa haré El Capitán Trueno".
TMB: Sabrás que mucha gente dice que de continuar el personaje tú tendrías que ser su dibujante oficial, Sin embargo, es un proyecto que nunca echó a andar en condiciones, ¿verdad?.
JR: No. Y mira que hay aficionados que han dicho que los mejores dibujantes del personaje fueron los primeros, Ambrós y Pardo, a los que inmediatamente suelen añadir mi nombre. Me incluyen entre los tres mejores, y me consideran el continuador natural de Trueno. Toda la gente que hoy vive en España, dice: "Que lo haga Jesús, que ha acertado -dentro de lo que es su trazo, su línea- ha cogido el carácter-. Pero ni con esas...
Autorretrato del maestro |
TMB: De hecho, poco después, a principios de los 90, se buscó un autor extranjero para tratar de relanzar la cabecera. Me refiero al dibujante inglés John Burns...
JR: Sí. En esa época yo estaba haciendo varias cosas para la edición española de Creepy (de Toutain Editor). Supongo que la elección de Burns para Trueno sería para hacerlo más comercial. Si en la portada ponía Jesús Redondo (o Pepito Pérez) no sería lo mismo que si pusiese... ¿me entiendes?. Vivíamos en una época -todavía- en la que se admiraba más lo de fuera que lo de dentro. Y decir John Burns no era lo mismo que decir José López o Jesús Redondo. No era igual. Y para mí John Burns es un extraordinario dibujante, aunque también pienso (como muchísima gente) que no acertó con su visión del personaje.
TMB: Sin embargo, en los últimos años han vuelto a sacar algunas aventuras nuevas, y otra vez con autores españoles...
JR: Así es. Cuando Ricard Ferrándiz presentó el guión del primer álbum a Ediciones B les dijo: "Quiero que lo dibuje Jesús Redondo". Y desde la editorial dijeron: "No".
TMB: ¿Y esa negativa tan tajante, a qué obedece?.
JR: No lo sé, porque además yo tenía la promesa de estos señores de que volvería a hacer El Capitán Trueno. Se conoce que por alguna razón alguien tenía la intención de que lo hiciese otra persona. A mí esto me dolió mucho. Una cosa es que no se acuerden de tí en un momento dado, y otra muy distinta es que alguien te proponga y ellos automáticamente digan : "No, no quiero que lo haga".
TMB: En fin: ellos sabrán. Pero afortunadamente tú carrera va mucho más allá de Trueno. ¿Te parece entonces que sigamos repasando tú trayectoria internacional?.
JR: Sí, como no. Pues con la agencia que tenía Bruguera en Inglaterra, que era Creacciones Editoriales... bueno, yo ya había empezado a trabajar para Escocia y había hecho Suzette of the Silver Sword, My big brother Marmaduke, y varias cosas más. La cosa funcionaba...
Página de Redondo (en inglés) para My big brother Marmaduke |
Entonces pasé para Londres y empecé en magazines, ya sabes, cosas tipo romántico. Algunas de ellas las coloreó un inglés que yo creo que le cayeron en cascada un montón de tarros de anilina fuertísima y fueron los colores que me metió allí. Pero bueno, ahí fuí haciendo muchísimas cosas, y especialmente trabajé para 2000 AD...
Splash Page de Redondo para 2000 AD |
Aquí probablemente hice algunos de mis mejores trabajos en el mundo del cómic. Fue una producción muy extensa (ahí estuvieron mis colaboraciones con Alan Moore y todo eso...). Entonces un gran número de dibujantes españoles -entre ellos Purita Campos (la de Esther), Edmond (el de Jan Europa)- y yo mismo, pasamos a una revista holandesa llamada Tina para la que hice muchas cosas. Ahí tengo una anécdota curiosa: en la redacción casi todo eran chicas. Un día que estaban viendo mis originales, una de ellas los estaba elogiando: "Esto es muy bueno, que bien hecho está, y tal y cual... ¿quién lo ha hecho?". Y le dice otra: "Jesús". A lo que ésta contestó: "Pues debe ser Jesus Christ (Jesucristo), porque está muy bien hecho". Esa es una de tantas anécdotas que exísten... Ahí trabajé muy a gusto. Era una editorial que no ponía pegas, con trabajos muy sencillitos de hacer y te podías lucir. Ahí hice uno de los personajes más queridos por mí: Edward, un chico torpe y atolondrado al que todo le salía mal. Estaba enamorado de una vecina, Emily, y aunque siempre intentaba salir con ella siempre terminaba por meter la pata. En la editorial recibían muchas cartas y tuvo éxito, pero después de bastantes años haciéndolo, un buen día, de pronto, decidieron terminar la serie. Jamás entendí por qué.
Entonces hice cosas para Italia, para Suecia en la revista Albatros, para Alemania, alguna cosita puntual para Francia (en la editorial Soleil...), ¡tantas cosas!.
De vuelta en España hice Historia de La Rioja junto a mi amigo Toni Guiral. Una obra muy interesante que además cuenta con una exhaustiva documentación de las tradiciones, costumbres, arquitectura, etc. Hasta el punto que mucha gente de La Rioja me escribió diciéndome que no sabían que en la sierra tal había aquel monasterio... vamos, que aprendieron cosas de su tierra que desconocían. También en el año 92 -con motivo de la Expo de Sevilla- participé en una colección de 24 ó 25 libros -editados por Planeta-, sobre los Conquistadores Españoles. Yo hice Fray Bartolomé de Las Casas.
TMB: Y también llegaste a trabajar con Marvel...
JR: Sí. Primero fueron diez ú once capítulos de Star Trek Voyager.
Redondo en Star Trek |
Empecé trabajando con Bobbie Chase (la editora de Marvel). Estuve allí con ella, majísima. Entonces me la cambiaron por un editor (con el que no me entendí bien), luego con otro peor... al final aquello se rompió. Además creo que se portaron muy mal conmigo. Volví a hablar con Bobby Chase y me encargó (y me mandó muchísimo material) para hacer Elektra. Yo encantado con hacerlo, imagínate: un gran personaje.
Elektra según nuestro entrevistado |
Al parecer el que la estaba haciendo lo iba a dejar... pero resulta que no lo dejó. Y mientras, yo esperando aquí con un montón de documentación, que como te digo me habían mandado, hasta que le digo: "Oye... ¿qué pasa con esto?", y entonces fue cuando me encargó la mini-serie de Kitty Pride: Agent of Shield .
Redondo hace Kitty Pride: agente de Shield |
Después de aquello la cosa se fue durmiendo, y como yo tenía bastante trabajo para Estados Unidos con dos grandes editoriales, Random House y Scholastic (aunque no era exactamente cómic), sinó libros para colorear, historias para niños, cosas de muñequitos... ¡qué sé yo!. Toneladas de cosas muy diversas.... hice varios libritos de colorear de Star Wars, y a través de Random House me llegó un encargo del estudio de George Lucas: el diseño de un personaje (que imagino que al tiempo se lo encargarían a otros 5 ó 6 en todo el mundo). Me refiero a Darth Bane. Yo envié mi diseño y recibí una felicitación personal de George Lucas, aunque los de Nueva York nunca me la mandaron.
Darth Bane según Redondo |
JR: Sí, lo mandan ellos. Y marca todos los tamaños de reproducción, lo cual tiene una inmensa ventaja, que es que luego no tienen ningún problema a la hora de reproducir. No hay que aumentar ni reducir porque éste lo hace muy grande o el otro muy pequeño. No, no. Todos lo hacemos igual. Marvel, DC, y todas las grandes editoriales americanas trabajan así: mandándote el papel, y es algo que a mí me parece muy bien.
TMB: Incluso tengo entendido (aunque tú no llevaras el tema del color), que Marvel tiene su propia paleta de colores y no permite usar ningún otro color fuera de ése standard...
JR: Pues creo que sí, pero como tú bien dices ese tema ya no lo llevé yo y no te lo puedo confirmar... pero no me extrañaría nada en absoluto.
TMB: ¿Y has tenido algún escarceo con DC, alguna anécdota?
JR: Pues sí. A DC le envié muestras y me dieron una cita. Me fui a Nueva York tal día a tal hora y me reuno con el editor en su despacho. Pues aunque cueste creerlo, el hombre no se acordaba de mí. Entonces me dice que le deje una muestra de las fotocopias que llevaba para guardarlo en su carpeta, y le dije: "No. Perdone pero usted ya tiene una muestra, la que le envié hace un tiempo". Y me dice que no lo recuerda, que no puede ser. Entonces saqué sus cartas y se las mostré (con la cita incluida). Supongo que le debió sentar tan mal que le llevara la contraria, que no hubo acuerdo. Y es que a veces esta gente puede llegar a ser muy prepotente...
En aquel mismo viaje me entrevisté con un editor de Top Comics. Un tío correctísimo al que pude entender perfectamente (su inglés) porque me hablaba muy despacio. Fue una conversación bárbara, en la que me pregunta: "¿Usted sabe dibujar caballos?". Y yo le digo: "Hombre, pues yo sí. Caballos, ornitorrincos, avestruces... lo que quiera. ¿Qué mas da?. Quien sabe dibujar, sabe dibujar. Y si hay algo que no conoce, se documenta, y ya está". Entonces me enseñó algo que estaban publicando en ése momento, y era Xena. La Princesa Guerrera. Y me preguntó si quería hacer una prueba, diciéndome: "Si la prueba es satisfactoria, harás Xena".
Prueba de Redondo para Xena |
Me vine para acá, le mandé la prueba, y tan pronto como el hombre la recibió me contestó entusiasmado. Menos besos me dio de todo: que le encantaba, que fenomenal, que me avisaría inmediatamente... sin embargo el tiempo pasaba y el proyecto no se concretaba. Cuando volvió a escribirme me devolvía los dos o tres originales que le había enviado (cosa que es de agradecer), y me decía que lo sentía, pero que de momento ese proyecto no iba a arrancar. Para mí fue una desilusión tremenda porque es un personaje que puedes lucir muchísimo con él. Una decepción como he tenido otras tantas en tantos años de trabajo.
También hice últimamente unos libros para una editorial de California llamada Kickstart. Han editado el primero de ellos, titulado The Knowobodys, una serie un poco fantasiosa, muy rara, de tipo fantasmal, editada a un tamaño mucho más pequeño que un libro de bolsillo (formato que supongo que al final puede repercutir en la calidad del dibujo...). Otro trabajo que hice para ellos fue Space Gladiator. Aquí tampoco me convenció el coloreado que le pusieron, y la editora me dijo que el colorista había intentado dar los colores de los años 60, aunque a mi entender sin mucho acierto en los contrastes. En eso he tenido bastante mala suerte, en los colaboradores que me tienen tocado.
Y ahora estoy esperando unos encargos. Hace unos meses la editorial Bonelli me pidió que les mandase una prueba para Dylan Dog. Se lo mandé y les gustó, pero de momento no he sabido nada más. También tengo algo medio apalabrado con una casa Norteamericana que en teoría está para mandarme el papel y el contrato, pero por lo visto se lo toman con calma, y además hay ahí un proyecto para unos diseños de la casa Lego.
TMB: Y en el tema pagos... ¿los países extranjeros suelen pagar mejor, igual o peor que las editoriales españolas?.
JR: El precio siempre ha sido mejor fuera que aquí. En todas las épocas, pero hoy... ¡ya ni te digo!. En Europa mejor que en España, pero en Estados unidos aún mejor que en Europa.
TMB: Y ya para finalizar, Jesús, te hago la misma pregunta con la que cierro todas mis entrevistas, y es la siguiente: ¿Como ves tu el panorama actual del tebeo en España?.
JR: Pues mira: la verdad es que a nivel de autores hay una calidad bárbara. Y te hablo tanto de los veteranos, como de mucha gente joven que hace cosas muy interesantes. El problema es que normalmente ya no encuentran quien los edite. Y las pocas, poquísimas veces que encuentran un editor, hoy les pagan "cuatro perras". Miserablemente. Y claro, así no hay manera de hacer nada serio con esta profesión. Es difícil aspirar a tratar de vivir de esto, algo que, desde luego, hace unos años no pasaba.
TMB: Y de ahí tantos fanzines y tantos webcómics como hay...
JR: Exactamente. Por desgracia, esa es (casi) la única vía de salida para que un autor emergente pueda mostrar sus proyectos a día de hoy.
Uno de los libros que hay sobre nuestro entrevistado |
TMB: Pues nada más, Jesús. Simplemente agradecerte todo el tiempo y la amabilidad que me has concedido para esta (larga) entrevista. No dudo que los lectores del blog sabrán valorarla en toda su magnitud. Encantado de haberte conocido. Un fuerte abrazo y hasta siempre.
JR: De nada, Jonathan. Para mí siempre es un placer atender a los aficionados. Aquí estoy a vuestra disposición. Estaremos en contacto. Un abrazo, amigo.
Impresionante. No lo conozco físicamente, pero después de leer esta entrevista, es que me cae bién. No solo es un pedazo de profesional, si no que además, parece una persona de lo mas amable. Muy bién por la entrevista
ResponderEliminarQue buen dibujante....de escuela clásica pero con un gran estilo personal....
ResponderEliminarGracias por el pedazo de entrevista. Redondo siempre ha sido muy bonito.
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