Pues bien: hoy quisiera hablaros del extraño (e hilarante) caso del Mes de los Editores Asistentes.
Pero..., ¿qué fue eso del Mes de los Editores Asistentes? Pues muy sencillo: se trató de una iniciativa que llevó a cabo Marvel en 1983 aprovechando la Comic-Con de ese año. Dicha iniciativa partía de la premisa de que todos los editores Marvel estaban en la referida Comic-Con de San Diego y legaron su trabajo de editor a sus asistentes, quienes dieron mucha libertad creativa (¿quizá demasiada?) a los autores, de modo que salieron cómics más bien extraños, con unos argumentos fuera de lo habitual.
Así, en algunos cómics con fecha de portada de enero de 1984 (portadas en las que observamos las habituales logoformas dando la espalda a los lectores, así como un sello -como el de la imagen superior- que ya nos advertía que era el mes de los editores asistentes), pudimos contemplar cosas tan rebuscadas como que Los Vengadores asistiesen al famoso programa televisivo Late Night with David Letterman, el Capitán América se enfrentase a la fusión de Modok y Cráneo Rojo (ModSkull), Alpha Flight tuviese nada menos que ¡¡¡6 páginas en blanco!!! (solo con bocadillos), debido a una tormenta de nieve y los X-Men iniciasen una gran búsqueda del tesoro incentivados por un gracioso extraterrestre, lo que les llevaba a causar el caos en las mismas oficinas de Marvel.
Ahora, que si hubo ese mes un cómic en el que ya "se les fue la olla" del todo, ese cómic fue sin duda el Marvel Team Up 137, en la que el equipo protagonista era… ¡La Tía May y Franklin Richards! Sí, habéis leído bien. Nos enfrentamos quizás a la más estrambótica de las historias de este mes, lo cual ya es mucho decir. Resulta que Los 4 Fantásticos, Peter Parker y la Tía May se encuentran en un circo, pero surge un imprevisto y Tía May se encarga de cuidar a Franklin hasta que sus padres vuelvan.
Pero Galactus ha llegado a la Tierra en busca de un nuevo heraldo y, de este modo, cierta ancianita es designada para esa misión. Así, la Tía May, heraldo de Galactus (cuya función básicamente es llevarle a planetas que sacien su hambre), decide cambiar la dieta del supervillano y alimentarle con… bollos twinkle!!!. Sí, sí, estáis leyendo bien. Ocurrió de verdad, aunque al final todo fue un sueño, de un sueño, de un sueño…
En definitiva, que nos podíamos encontrar con historias bastante divertidas. Agrada el encontrarse de vez en cuando con cosas así, con meses diferentes, como el mes Flashback (1997), en el cual las series sacaban un número "menos 1" (que narraba un hecho anteror al número 1 de esa colección), o el mes ‘Nuff Said (2002), con menos éxito, en el que los comics eran silenciosos, es decir, no había diálogos.
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