Hace 31 años, en el ya lejano 1987, se estrenaba una película que con el título de Depredador se hizo un hueco en todos aquellos que la vieron por aquel entonces por su destacable conjunción entre los géneros bélico, de terror y ciencia-ficción en un soberbio y notable espectáculo a mayor gloria de Arnold Schwarzenegger secundado por un acertado reparto (entre los cuales constaba curiosamente el mismo Shane Black que dirige el presente film) bajo la batuta de John McTiernan y con una banda sonora de Alan Silvestri. Puede parecer lo contrario, pero estábamos ante una película cuyo éxito derivó en secuelas ni mucho menos tan dignas como el título inicial debido a no contar con los mismos alicientes, si bien Depredador 2 aún luce algo más que los dos posteriores y nefastos films que lo unieron al también popular Alien de H.R.Giger. Abandonado dicho disparate de crossover se volvió a probar suerte con esta criatura en Predators, que pese a todo no estaba nada mal (al menos bajo mi punto de vista), pero cuyo paupérrimo éxito por taquilla cerró las puertas a más secuelas... hasta ahora.
Sabedor de lo que un espectador de hoy en día busca en una cinta con este cazador galáctico, en esta ocasión estamos ante un título que hace honor a lo mejor de la primera película, con referencias a la segunda así como detalles de la más reciente (esas dos entregas de Alien vs.Predator afortunadamente quedan en el olvido) lo que la lleva a ser un espectáculo hasta mejor de lo esperado.